El hallazgo que cambia todo: hay suficientes tierras raras en las minas activas

Redacción Cuyo News
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Un revelador estudio académico ha puesto sobre la mesa una paradoja de la industria extractiva moderna: la solución a la escasez de minerales críticos podría estar, literalmente, en la basura de las explotaciones actuales. La investigación sostiene que solo un año de residuos mineros en EE. UU. contiene suficiente litio como para alimentar unos 10 millones de coches eléctricos, un hallazgo que podría reconfigurar la estrategia de abastecimiento de metales estratégicos.

El análisis abarca 54 minas metálicas activas y arroja una conclusión contundente: no hace falta iniciar nuevas perforaciones, sino cambiar la perspectiva sobre lo que ya se está excavando. El informe demuestra que «recuperar incluso una fracción mínima de los elementos secundarios presentes en los residuos reduciría de forma notable la dependencia estadounidense de importaciones». Se trata de una oportunidad clara que, hasta el momento, permanece poco explotada por la industria.

Un modelo extractivo que ignora el potencial

La raíz del problema radica en el diseño operativo de las explotaciones. La mayoría de las minas están configuradas para extraer un único metal principal, como cobre, hierro o zinc. En este esquema, eficiente para los estándares del siglo XX pero obsoleto para las demandas del XXI, el resto del material se descarta tras el primer procesado, aunque contenga elementos de alto valor.

Entre estos materiales ignorados figuran minerales críticos esenciales para la fabricación de baterías, aerogeneradores, electrónica avanzada y sistemas de defensa. Estos insumos poseen cadenas de suministro extremadamente frágiles, quedando expuestos a conflictos geopolíticos, restricciones comerciales o picos repentinos de demanda.

La ingeniera minera Elizabeth Holley, de la Colorado School of Mines, lidera este trabajo con un enfoque pragmático: «aprovechar mejor lo que ya se extrae, sin ampliar la huella minera». Sus proyecciones son optimistas: según sus cálculos, «una recuperación del 90 % de subproductos podría cubrir casi todas las necesidades estadounidenses de minerales críticos». Aún en un escenario conservador, con solo un 1% de recuperación, el impacto en la balanza de importaciones sería significativo.

El mapa del tesoro en los desechos

El equipo de investigación recopiló datos geoquímicos detallados y aplicó análisis estadísticos para identificar qué elementos terminan sistemáticamente en los flujos de residuos. El inventario resultante incluye cobalto, níquel, galio, telurio y tierras raras, integrantes del grupo de 17 metales fundamentales para imanes de alta potencia y motores eléctricos. El mensaje del estudio es incómodo para el sector: «no falta recurso, falta decisión».

Estos metales se encuentran atrapados en las colas mineras, el residuo fino almacenado en grandes balsas que requieren vigilancia durante décadas. Extraer estos recursos tendría un doble beneficio ambiental: «reducir su toxicidad y aumentar su estabilidad química». Además, la recuperación de subproductos se presenta como una vía más eficiente, con menos impacto ambiental y menor presión sobre territorios sensibles, evitando la deforestación y el consumo de agua asociados a la minería primaria.

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