En el marco del tercer episodio de El Poder de la Innovación Humana, el ciclo de entrevistas conducido por Agostina Scioli, Marcelo Álvarez, vicepresidente de Relaciones Gubernamentales de Barrick Sudamérica, ofreció una mirada profunda sobre la necesaria evolución de la industria minera en Argentina. Durante el encuentro, el directivo subrayó que el sector enfrenta nuevas exigencias que van mucho más allá de la extracción de recursos.
Álvarez fue contundente al señalar que los paradigmas han cambiado radicalmente. «Generar empleo y pagar impuestos ya no alcanza. Ese es un modelo viejo», sentenció, dejando en claro que la licencia social hoy depende de una integración real con el entorno. Según su visión, la Argentina tiene la ventaja estratégica de poder observar modelos exitosos como los de Canadá o Australia e incorporar esas innovaciones desde el inicio, saltándose etapas de aprendizaje.
Compromiso local y el caso Veladero
Uno de los ejes centrales de la charla fue la simbiosis entre la empresa y la comunidad. Álvarez destacó que «hoy, sin la sociedad, sin un desarrollo local, no hay minería». Para materializar este concepto, la compañía ha implementado un fideicomiso que destina el 1,5% de las ventas a obras de infraestructura y servicios, buscando que el progreso perdure más allá de la vida útil de los yacimientos.
Aterrizando los datos en la realidad de la provincia, el ejecutivo puso como ejemplo a la mina Veladero. Allí, la política de contratación prioriza el talento de la zona: «El 91% de los empleados son de la provincia», precisó Álvarez, agregando que más de 270 empresas regionales forman parte de la cadena de valor como proveedoras de bienes y servicios, dinamizando la economía local.
Economía circular y gestión del agua
La sustentabilidad fue otro de los pilares abordados. En una provincia donde el recurso hídrico es crítico, Álvarez explicó que se trabaja en la mejora de los canales de riego para evitar pérdidas por evaporación e infiltración. «La idea es que los canales se puedan intubar y después generar riego por goteo para eficientizar la agricultura», detalló.
Asimismo, la economía circular juega un rol clave en la estrategia de la empresa para eliminar pasivos ambientales. El directivo reveló un dato significativo para la industria en San Juan: «El 100% de los neumáticos de los camiones se reciclan en San Juan». Estos residuos se transforman en pisos para canchas sintéticas, mientras que los plásticos recuperados sirven de insumo para nuevos emprendimientos locales.
Finalmente, respecto a la irrupción de la tecnología, Álvarez desmitificó la idea de que la robótica reemplazará al trabajador. «No es que todo es robótico y ya no necesitamos al ser humano. Necesitamos personas capacitadas para manejar minas a control remoto», aseguró, haciendo hincapié en la necesidad de invertir en la formación continua de las nuevas generaciones para que los beneficios de la actividad trasciendan en el tiempo.
<p>Marcelo Álvarez, vicepresidente de Relaciones Gubernamentales de Barrick Sudamérica, participó del ciclo «El Poder de la Innovación Humana», donde analizó la transformación del sector minero. El ejecutivo destacó que la industria debe superar el modelo tradicional, enfocándose en la participación comunitaria, la economía circular y la tecnología. Además, resaltó el impacto local de la mina Veladero, donde el 91% del empleo es sanjuanino.</p>
Resumen generado automáticamente por inteligencia artificial
Resulta que ahora, según nos cuenta la gente de Barrick, eso de «pagar impuestos y dar trabajo» es más antiguo que el módem de 56k. Marcelo Álvarez se sentó a charlar muy relajado y tiró esa bomba con una naturalidad envidiable, dejando a más de un contador al borde del síncope y a la AFIP recalculando la ruta. La nueva onda, dicen, es la «innovación humana», un concepto fascinante que básicamente significa que las mineras ahora quieren ser tu vecino copado, ese que no solo no te hace ruido a la siesta, sino que te riega las plantas y te recicla la basura mientras te sonríe. Es un giro de guion digno de Netflix: pasar de ser vistos como los villanos que se llevan la montaña a convertirse en los héroes de la economía circular que transforman ruedas de camión gigante en canchas de fútbol 5 para que te rompas los ligamentos con alegría.
Lo más curioso es la parte donde nos explican que el futuro es manejar las minas a control remoto, como si fuera una partida eterna de la PlayStation pero con maquinaria que vale más que el PBI de un país pequeño. Nos venden la imagen de un sanjuanino sentado en una silla gamer ergonómica, joystick en mano, moviendo toneladas de roca mientras se toma un mate lavado, todo gracias a la capacitación digital. Y ni hablar del tema del agua: proponen intubar canales para que no se evapore una gota, una idea tan sensata que uno se pregunta por qué no se nos ocurrió antes de que el sol sanjuanino decidiera que el agua es un bien de lujo opcional. Al final, parece que la minería moderna viene con un manual de instrucciones que incluye salvar al mundo, reciclar hasta el aire y, de paso, dejarnos alguna ruta asfaltada para que no rompamos el tren delantero del auto cada dos meses.
Contenido humorístico generado por inteligencia artificial
En el marco del tercer episodio de El Poder de la Innovación Humana, el ciclo de entrevistas conducido por Agostina Scioli, Marcelo Álvarez, vicepresidente de Relaciones Gubernamentales de Barrick Sudamérica, ofreció una mirada profunda sobre la necesaria evolución de la industria minera en Argentina. Durante el encuentro, el directivo subrayó que el sector enfrenta nuevas exigencias que van mucho más allá de la extracción de recursos.
Álvarez fue contundente al señalar que los paradigmas han cambiado radicalmente. «Generar empleo y pagar impuestos ya no alcanza. Ese es un modelo viejo», sentenció, dejando en claro que la licencia social hoy depende de una integración real con el entorno. Según su visión, la Argentina tiene la ventaja estratégica de poder observar modelos exitosos como los de Canadá o Australia e incorporar esas innovaciones desde el inicio, saltándose etapas de aprendizaje.
Compromiso local y el caso Veladero
Uno de los ejes centrales de la charla fue la simbiosis entre la empresa y la comunidad. Álvarez destacó que «hoy, sin la sociedad, sin un desarrollo local, no hay minería». Para materializar este concepto, la compañía ha implementado un fideicomiso que destina el 1,5% de las ventas a obras de infraestructura y servicios, buscando que el progreso perdure más allá de la vida útil de los yacimientos.
Aterrizando los datos en la realidad de la provincia, el ejecutivo puso como ejemplo a la mina Veladero. Allí, la política de contratación prioriza el talento de la zona: «El 91% de los empleados son de la provincia», precisó Álvarez, agregando que más de 270 empresas regionales forman parte de la cadena de valor como proveedoras de bienes y servicios, dinamizando la economía local.
Economía circular y gestión del agua
La sustentabilidad fue otro de los pilares abordados. En una provincia donde el recurso hídrico es crítico, Álvarez explicó que se trabaja en la mejora de los canales de riego para evitar pérdidas por evaporación e infiltración. «La idea es que los canales se puedan intubar y después generar riego por goteo para eficientizar la agricultura», detalló.
Asimismo, la economía circular juega un rol clave en la estrategia de la empresa para eliminar pasivos ambientales. El directivo reveló un dato significativo para la industria en San Juan: «El 100% de los neumáticos de los camiones se reciclan en San Juan». Estos residuos se transforman en pisos para canchas sintéticas, mientras que los plásticos recuperados sirven de insumo para nuevos emprendimientos locales.
Finalmente, respecto a la irrupción de la tecnología, Álvarez desmitificó la idea de que la robótica reemplazará al trabajador. «No es que todo es robótico y ya no necesitamos al ser humano. Necesitamos personas capacitadas para manejar minas a control remoto», aseguró, haciendo hincapié en la necesidad de invertir en la formación continua de las nuevas generaciones para que los beneficios de la actividad trasciendan en el tiempo.
Resulta que ahora, según nos cuenta la gente de Barrick, eso de «pagar impuestos y dar trabajo» es más antiguo que el módem de 56k. Marcelo Álvarez se sentó a charlar muy relajado y tiró esa bomba con una naturalidad envidiable, dejando a más de un contador al borde del síncope y a la AFIP recalculando la ruta. La nueva onda, dicen, es la «innovación humana», un concepto fascinante que básicamente significa que las mineras ahora quieren ser tu vecino copado, ese que no solo no te hace ruido a la siesta, sino que te riega las plantas y te recicla la basura mientras te sonríe. Es un giro de guion digno de Netflix: pasar de ser vistos como los villanos que se llevan la montaña a convertirse en los héroes de la economía circular que transforman ruedas de camión gigante en canchas de fútbol 5 para que te rompas los ligamentos con alegría.
Lo más curioso es la parte donde nos explican que el futuro es manejar las minas a control remoto, como si fuera una partida eterna de la PlayStation pero con maquinaria que vale más que el PBI de un país pequeño. Nos venden la imagen de un sanjuanino sentado en una silla gamer ergonómica, joystick en mano, moviendo toneladas de roca mientras se toma un mate lavado, todo gracias a la capacitación digital. Y ni hablar del tema del agua: proponen intubar canales para que no se evapore una gota, una idea tan sensata que uno se pregunta por qué no se nos ocurrió antes de que el sol sanjuanino decidiera que el agua es un bien de lujo opcional. Al final, parece que la minería moderna viene con un manual de instrucciones que incluye salvar al mundo, reciclar hasta el aire y, de paso, dejarnos alguna ruta asfaltada para que no rompamos el tren delantero del auto cada dos meses.