El ministro de Minería de San Juan se reunió con el CEO de Belararox para revisar los avances del proyecto minero DMT (Toro, Malambo, Tambo). Tras una primera campaña de perforación en 2024, se planea profundizar la exploración en 2025 con 6.000 metros de perforación, enfocándose en las áreas de Malambo y Tambo por su alto potencial de cobre. El proyecto, ubicado estratégicamente en la cordillera, busca convertirse en un motor de desarrollo económico para la región. Un paso más –¿será un paso en falso?– en la siempre polémica exploración minera sanjuanina.
San Juan calienta los motores de la minería: ¿Oro o espejitos?
La provincia de San Juan, siempre en el ojo de la tormenta cuando se habla de extraer minerales, vuelve a poner el tema sobre la mesa. El ministro de Minería, Juan Pablo Perea, recibió ni más ni menos que a Arvind Misra, el mandamás de Belararox, la empresa que maneja el proyecto TMT –o mejor dicho, DMT: Toro, Malambo, Tambo–. La reunión, según lo que informaron, fue para revisar cómo están marchando las cosas y, claro, para hacerle un poco de marketing a la iniciativa.
«Esta reunión es una señal de que las cosas se están moviendo,» podría decir algún optimista de la minería, con el vaso medio lleno y sin ver el costado más oscuro. Pero este proyecto, ubicado en el departamento de Iglesia, no es otra cosa que un nuevo intento por desenterrar riquezas en la cordillera. Este 2024, la primera campaña de perforación ya tuvo su puntapié inicial, y el próximo año esperan seguir con más. ¿Acaso no aprendemos? ¿O es que preferimos taparnos los ojos ante las consecuencias ambientales que podrían traer las excavaciones?
Según los datos oficiales, para el 2025 tienen pensado perforar 6.000 metros, concentrando los esfuerzos en Malambo y Tambo. Estas zonas, según los estudios, tienen más posibilidades de encontrar cobre. El proyecto DMT –que no es una banda de rock psicodélico, sino un conjunto de siglas que nos recuerdan a los nombres de pueblos que quizá no veamos nunca en un mapa– se encuentra, estratégicamente, entre los proyectos José María, Filó del Sol y Veladero. Una zona donde, a decir verdad, se nos está yendo la mano con los pozos.
La decisión de avanzar con la exploración se basa en una campaña de prospección llevada a cabo el año pasado. Resulta que la tierra dio señales “prometedoras,” con muestras de superficie y estudios geofísicos que indican potencial. Y así, como si fuera un juego, las empresas y los funcionarios se convencen de que la respuesta a todos los problemas está bajo tierra. Pero, ¿a qué costo?
El nombre del proyecto, DMT, refleja los tres objetivos principales: Toro, Malambo y Tambo. Aunque este año las perforaciones se centrarán en Malambo y Tambo, no descartan explorar Toro si los resultados lo permiten. Es decir, están jugando al bingo minero en la cordillera, a ver dónde cae la bolilla con más cobre.
La pregunta que queda en el aire es si este proyecto es realmente un «paso significativo en la exploración minera» o simplemente una nueva grieta en la ya lastimada tierra sanjuanina. Veremos si el supuesto desarrollo económico que prometen no termina siendo un espejismo, un canto de sirena que nos atrae a la debacle ambiental. Y es que, en esta historia, los que no hablan son siempre los cerros, testigos silenciosos de una ambición que parece no tener límites.