Francisco: ¿Peronista yo? ¡Fake news! Pero… si fuera, ¿cuál hay?
El Papa coqueteó con el peronismo toda su vida. ¿Amistad o solo estrategia geopolítica?
Bergoglio y los K: una historia de amor y odio digna de telenovela. Cristina lo ignoró, él la bendijo. Macri… bueno, a Macri le dio la mano nomás.
¿Jesuita y peronista? ¡Más difícil que encontrar un vegano en un asado! Pero Bergoglio lo logró.
La teoría de las tres patas: Estado, capital y trabajo. Francisco, el peronista que el Vaticano no quería que conocieras.
El Papa y el Peronismo: Una Relación Compleja
El Papa Francisco, fallecido recientemente a los 88 años, siempre negó enfáticamente cualquier vínculo orgánico con el peronismo. «Nunca estuve afiliado al partido peronista. Ni siquiera fui militante o simpatizante del peronismo. Afirmar eso es una mentira», declaró en el libro “El Pastor”. Sin embargo, su trayectoria personal y su visión social y política estuvieron marcadas por una compleja relación con el movimiento, llena de paralelismos, coincidencias y desencuentros.
Una Vida Cruzada por la Historia Peronista
Nacido en 1936, Bergoglio vivió su juventud en un país marcado por la expansión del peronismo y sus ideas. Su formación religiosa, con la «opción preferencial por los pobres», coincidió con la radicalización de la clase obrera argentina en los 60 y 70. Si bien se mantuvo distante de las expresiones más violentas de la época, su compromiso social y su cercanía con los «curas villeros» lo ubicaron en un espacio ideológico con notorias similitudes al peronismo. Incluso se podría decir que el concepto de «justicia social», central en la doctrina peronista, fue acuñado por un jesuita italiano en el siglo XIX.
De Kirchner a Milei: La Política en Santa Marta
Ya como Papa, Francisco mantuvo una relación ambivalente con los líderes políticos argentinos. Su prolongada y amable tertulia con Cristina Kirchner tras el fallecimiento de Néstor contrasta con el trato frío y distante que le dispensó a Mauricio Macri. Su relación con Javier Milei, cargada de amabilidad personal pero de fuertes confrontaciones ideológicas, ilustra la complejidad de su pensamiento político. Las tensiones con el kirchnerismo se remontan al Tedeum de 2004, donde Bergoglio criticó duramente al gobierno, lo que llevó a un distanciamiento con la entonces presidenta Cristina Fernández de Kirchner. El Papa, sin embargo, siempre se mostró cercano a los movimientos sociales, considerándolos una herramienta fundamental para canalizar las demandas de los sectores más vulnerables, en línea con la visión del peronismo clásico. En el fondo, quizás la pregunta no sea si Francisco fue peronista, sino si el peronismo, en sus diferentes expresiones, se acercó alguna vez al ideario social y político del Papa.