Marcha de jubilados… ¿o convención de barras bravas con fines políticos? Se prendió fuego el Congreso (metafóricamente, bah, los volquetes sí literal). Destrozos que harían llorar a un albañil: 30 volquetes y dos patrulleros menos. ¿El saldo? 124 en cana y 46 heridos. Parecía partido de fútbol, pero con menos goles y más gas pimienta.
¿Y Bullrich? Tiró la posta: «Vinieron a matar». ¿Exagerada? Capaz… o capaz no. Había miguelitos y armas. ¿Jubilados armados? Mmm… dudoso. Francos, ni lerdo ni perezoso, le echó la culpa a «los barras financiados por políticos». El clásico.
Jornada de furia en el Congreso: Jubilados, barrabravas y un tendal de heridos y detenidos
Una marcha por los jubilados frente al Congreso se transformó en un escenario de violencia extrema, dejando un saldo de 124 detenidos y 46 heridos, uno de ellos en grave estado. Los enfrentamientos entre manifestantes, grupos de izquierda, barrabravas y las fuerzas de seguridad se extendieron durante horas, con destrozos considerables en la vía pública.
La manifestación, que comenzó pasado el mediodía, se tornó violenta rápidamente. Los incidentes incluyeron el vuelco e incendio de 30 volquetes, valuados en 3.400 dólares cada uno, y dos patrulleros, con un costo estimado de 55.000 dólares por unidad. Los manifestantes también utilizaron cascotes extraídos de las veredas de la Plaza de los dos Congresos para agredir a las fuerzas del orden.
Barrabravas y la sombra de la violencia política
Entre los manifestantes se identificaron a miembros de distintas facciones de izquierda y grupos de barrabravas de diversos clubes de fútbol. Su presencia, según fuentes oficiales, fue un factor determinante en la escalada de violencia. Los enfrentamientos se concentraron en las avenidas Callao y Rivadavia, extendiéndose luego a Moreno y Avenida de Mayo.
El saldo de la batalla campal
El Ministerio de Seguridad confirmó la detención de 124 personas, 94 hombres y 30 mujeres, muchos de ellos identificados como barrabravas. El SAME reportó 20 heridos trasladados a los hospitales Argerich y Ramos Mejía. Entre ellos, el fotógrafo y militante Pablo Grillo, quien se encuentra en grave estado tras sufrir una pérdida de masa encefálica por el impacto de una cápsula de gas lacrimógeno.
Además, 26 efectivos de las fuerzas de seguridad resultaron heridos, uno de ellos con una herida de bala y una fractura que requirió cirugía. Una mujer de 87 años también sufrió lesiones tras un encontronazo con un policía. La ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, calificó los hechos como «de una gravedad inusitada» y aseguró que los manifestantes «vinieron preparados para matar». Guillermo Francos, por su parte, denunció que la violencia fue «totalmente preparada» y que se utilizó a los jubilados como «pantalla» para los actos vandálicos.