Bullrich y la gestión de las protestas: una mirada internacional
En vísperas de la marcha de jubilados y organizaciones sindicales, Patricia Bullrich comparó la gestión de protestas en Argentina con la de otros países, destacando las mayores restricciones existentes en el exterior. La ministra de Seguridad hizo hincapié en las limitaciones para acercarse a edificios públicos durante las manifestaciones y en los protocolos para evitar cortes de calle, una de sus principales preocupaciones.
Reconocimiento facial y otras medidas
Bullrich mencionó que once países utilizan reconocimiento facial para la prevención, lamentando su inconstitucionalidad en la Ciudad de Buenos Aires. «No podemos tener reconocimiento facial […] Tenemos que utilizar un mecanismo federal», declaró. Sin embargo, cabe recordar que el sistema fue suspendido por una jueza en 2022, aunque el Gobierno porteño busca su reactivación.
«Lo que se busca demostrar […] es que Argentina necesita una legislación avanzada […] en línea con lo que se hace en otros países occidentales», afirman desde el Gobierno. Bullrich citó ejemplos como Bélgica, Luxemburgo, Suecia y Suiza, donde los manifestantes deben solicitar autorización para manifestarse. Además, en ocho países de la Unión Europea, las protestas están prohibidas cerca de edificios gubernamentales.
Disenso internacional sobre la represión de protestas
La postura del Gobierno contrasta con las denuncias de organismos internacionales de derechos humanos, que señalan un aumento de la represión a la protesta en Europa. Amnistía Internacional, por ejemplo, advierte sobre «leyes represivas, uso excesivo de la fuerza […] y uso creciente de tecnologías de vigilancia invasivas». Agnès Callamard, secretaria general de la organización, describe una «ofensiva en toda Europa contra el derecho de protesta». A esto se suma la creciente violencia de sectores radicalizados que interfieren en las manifestaciones pacíficas, como se ha visto en Francia.
