El Ministerio de Relaciones Exteriores, en una jugada digna de un mago sacando un conejo de la galera… pero sin el conejo ni la magia, plantea congelar el ingreso al ISEN en 2025. ¿La razón? Según ellos, sobran diplomáticos. ¿Será que ahora las negociaciones internacionales se harán por WhatsApp?
Cristina Dellepiane, la secretaria que se autopostuló a subsecretaria (¿ahorro o falta de ambición?), firma el proyecto. Mientras tanto, el director de personal, Claudio Ricardo Gutiérrez, candidato a un puestito en Milán (¿casualidad?), argumenta que con los que hay, alcanza y sobra. O sea, si se jubilan algunos en 2027, ¡problema de ellos! Total, para qué necesitamos embajadas si tenemos Twitter, ¿no?
Milei, en su cruzada contra la «casta diplomática», despidió a Diana Mondino por un voto en la ONU sobre Cuba. Parece que el libre comercio solo aplica cuando conviene. Ahora, 14 diplomáticos enfrentan sumarios. ¿Por votar? No, por pensar diferente. ¡Tiemblen, burócratas, el león libertario ruge!
Para colmo, congelan retroactivos y preparan jubilaciones masivas. ¿El objetivo? Menos gente en el exterior, más en Buenos Aires… rascándose la panza. España, Bélgica y la Unión Europea, entre otras, ahora están a cargo de diplomáticos juniors. ¿Se imaginan una negociación con Putin llevada a cabo por un becario con resaca? ¡Escalofriante!
Y como si fuera poco, inventaron los «Embajadores Comerciales» que no responden al Estado. ¿Diplomacia tercerizada? ¿Próximamente, embajadores influencers? ¡El futuro llegó hace rato!
Conclusión (aunque me dijeron que no haga una): la Cancillería parece un capítulo de Los Simpsons. ¿Será que Homero está a cargo de las relaciones exteriores?
Cancillería en Jaque: Suspensión de Ingreso al ISEN 2025
Un proyecto de resolución de la Cancillería Argentina, a la espera de la firma del canciller Gerardo Werthein, propone suspender el ingreso de nuevos aspirantes al Instituto del Servicio Exterior de la Nación (ISEN) para el año 2025. La justificación oficial radica en un «análisis detallado de la dotación de personal y de las necesidades funcionales» que concluye que «no resulta necesario en este momento convocar a un nuevo proceso de ingreso».
Esta decisión ha generado alarma en el cuerpo diplomático, que considera esta medida como un potencial desmantelamiento del servicio exterior. El proyecto, firmado por Cristina Dellepiane, secretaria de Coordinación y Planificación, argumenta que la estructura actual es suficiente para atender las demandas del servicio exterior. Según Claudio Ricardo Gutiérrez, director de personal, la proyección de la planta de funcionarios y las jubilaciones previstas para 2027 no implican la necesidad de nuevas incorporaciones.
La Tensión con el Presidente Milei y la Reestructuración de la Cancillería
La medida se enmarca en un contexto de tensión entre el presidente Javier Milei y el cuerpo diplomático, tras el voto de Argentina en la ONU a favor del levantamiento del embargo a Cuba. Milei, quien calificó a los diplomáticos de «casta», impulsó el despido de Diana Mondino e inició sumarios a catorce funcionarios por su participación en la decisión.
El gobierno, además de la suspensión del ingreso al ISEN, ha congelado los retroactivos de los funcionarios ascendidos y planea una ola de jubilaciones. Se busca reducir la cantidad de diplomáticos en el exterior y reubicarlos en Buenos Aires. Esta reestructuración ha dejado vacantes importantes embajadas, como las de España, Bélgica y la Unión Europea, actualmente a cargo de funcionarios de menor rango. La reciente creación de «Embajadores Comerciales» que no responden al Estado, también ha generado malestar en el sector.
Un Cuerpo Diplomático en Vilo
Con poco más de 1000 profesionales, el servicio exterior argentino enfrenta una profunda reestructuración en sintonía con las políticas del gobierno de Milei. La suspensión del ingreso al ISEN, los sumarios, el congelamiento de salarios y la creación de nuevos roles diplomáticos generan incertidumbre y preocupación sobre el futuro de la diplomacia argentina. La sobrepoblación de personal administrativo, heredada de la época kirchnerista, se suma a la complejidad del escenario actual.