Milei le puso candado a las paritarias. ¿Inflación? Un detalle. Los gremios, entre la espada y la pared: aceptar migajas o pelearla como Rocky Balboa contra Drago… pero sin el entrenamiento previo.
Moyano afila los guantes, los bancarios dicen que no negocian con pymes (obvio, ¿quién negocia el aguinaldo con Don Manolo de la verdulería?). Gastronómicos, en cambio, parecen haber firmado la rendición incondicional. ¿Se viene el pan duro y agua?
El Gobierno jura que no hay pauta, pero… ¿a quién le creemos? ¿A un político o a un billete de $2 que ya no compra ni un caramelo? La intriga es digna de Hitchcock.
Milei y el cepo a las paritarias: ¿Acuerdo tácito o realidad ineludible?
El Gobierno de Javier Milei ha impuesto un límite a los aumentos salariales en las paritarias: 1% para marzo, 0,8% para abril y 0,5% para mayo. Esta medida, justificada en la necesidad de evitar una espiral inflacionaria, ha generado controversia y tensiones en el ámbito laboral. Si bien la Secretaría de Trabajo desmiente la existencia de una pauta oficial, en la práctica, la homologación de acuerdos que superen estos porcentajes se ha vuelto prácticamente imposible.
La resistencia de los gremios
Diversos sectores sindicales se preparan para arduas negociaciones, buscando recuperar el poder adquisitivo perdido por la inflación y desafiando el tope salarial impuesto. Camioneros, liderados por Hugo Moyano, se enfrentan a una nueva negociación tras el vencimiento del acuerdo anterior, con la presión adicional de una cláusula de revisión que busca compensar la inflación pasada. La Bancaria, por su parte, afirma que negociará en línea con la inflación, sin sujetarse a la pauta oficial. «No discutimos paritarias con una Pyme, sino con los que manejan el dinero», afirman desde el gremio.
Casos testigo: entre la adaptación y el desafío
El sindicato de Gastronómicos acordó recientemente los porcentajes propuestos por el Gobierno, lo que ha sido interpretado como un indicio de la presión ejercida desde el Ejecutivo. En contraste, la Federación de Trabajadores de la Alimentación, liderada por Héctor Morcillo, cerró un acuerdo con incrementos superiores a la pauta oficial, utilizando estrategias como sumas no remunerativas y la extensión del período del acuerdo para sortear las restricciones. El caso de los colectiveros, con la UTA a la cabeza, se presenta como otro foco de conflicto, ya que la Secretaría de Transporte ha publicado una estructura de costos que prevé salarios congelados hasta junio. La homologación de los acuerdos, clave para su obligatoriedad y para el cálculo de indemnizaciones, se ha convertido en un instrumento de control del Ejecutivo sobre las negociaciones salariales.