La CGT afila sus garras: posible paro general contra el Gobierno de Milei
La Confederación General del Trabajo (CGT) analiza la posibilidad de convocar a un paro general entre abril y mayo en respuesta a las políticas económicas del gobierno de Javier Milei, principalmente la intención de limitar los aumentos salariales al 1% mensual, una cifra considerablemente inferior a la inflación actual. Esta decisión surge luego de una reunión de la cúpula sindical en la que se evaluó el escenario actual y se consensuó la necesidad de «acelerar algunos movimientos acompañando también a la sociedad», según expresaron algunos de los presentes.
El detonante: Salarios vs. Inflación y la amenaza a las cuotas sindicales
«Quieren frenar la inflación topeando los salarios. La pérdida de poder adquisitivo no se banca más», declaró un dirigente sindical, reflejando la principal preocupación del sector. La pretensión del Gobierno de establecer un tope del 1% a los aumentos salariales, en un contexto inflacionario que supera ampliamente ese porcentaje, ha generado un fuerte malestar en la CGT. A esto se suma el temor a la posible eliminación de las cuotas solidarias sindicales, una medida que ya se aplicó a las cámaras empresarias y que significaría un duro golpe para las finanzas de los gremios.
Cronograma de medidas: Movilizaciones, protestas y la sombra del paro
La CGT ha delineado un cronograma de medidas que incluye el respaldo a la marcha de jubilados frente al Congreso, la participación en la movilización del 24 de marzo por el aniversario del último golpe militar y una convocatoria masiva para el 1° de Mayo, Día del Trabajador. En medio de estas acciones, se evalúa la posibilidad de un paro general, el tercero contra la gestión de Milei. El próximo 20 de marzo, el consejo directivo de la CGT se reunirá para analizar la situación y definir los pasos a seguir. La presencia de referentes como Pablo Moyano, quien reabrirá la paritaria de Camioneros buscando recuperar la pérdida salarial del último trimestre, pone de manifiesto la determinación de la central obrera de confrontar con el Gobierno. La preocupación se extiende también a los gremios más pequeños, que podrían verse obligados a aceptar aumentos por debajo de la inflación ante la presión oficial.
