Arrancamos con el dilema existencial de las PASO: ¿Ser o no ser? Esa es la cuestión que desvela al Gobierno, que busca desesperadamente postergarlas para ganar tiempo… o quizás para evitar un papelón electoral de proporciones bíblicas. Mientras tanto, la oposición observa con una mezcla de recelo y diversión, como quien ve a un malabarista a punto de dejar caer todas las pelotas.
Y hablando de papelones, ¡aparece el CriptoGate! Javier Milei, el economista que prometía dolarizar hasta los sueños, se ve envuelto en un escándalo de inversiones turbias que lo deja con más preguntas que respuestas. ¿Sabía Milei lo que ocurría? ¿O lo durmieron con un discurso libertario y una promesa de asado con queso cheddar? La justicia, ese ente misterioso y a veces letárgico, tendrá la última palabra.
Pero como si fuera poco, se suma al cóctel explosivo la posible designación de Ariel Lijo en la Corte Suprema. El peronismo, cual arquero experimentado, se prepara para bloquear la jugada a menos que le den una vacante a cambio. Es un toma y daca judicial donde el futuro del país se decide en un tablero de ajedrez político.
Y en medio de este caos, Cristina Kirchner celebra su cumpleaños número 71. Se esperan festejos, discursos encendidos y, por supuesto, el infaltable operativo clamor para que sea candidata. La pregunta es: ¿aceptará el desafío o preferirá seguir moviendo los hilos desde las sombras?
Mientras tanto, en Estados Unidos, Milei se prepara para una visita clave a Donald Trump. Pero antes deberá sortear el «peaje» de Mauricio Claver-Carone, un crítico acérrimo del gobierno argentino que seguramente le hará pasar un mal rato. ¿Logrará Milei convencer a los americanos de que su plan económico no es una bomba de tiempo? Solo el tiempo lo dirá.
Y como si fuera una señal divina (o una maldición cósmica), la parashá de la semana se llama Mishpatim, que significa «leyes» en hebreo. Justo en la semana en que se debate el pliego de Lijo. ¿Casualidad? No lo creo. En Argentina, la realidad siempre supera a la ficción.
El laberinto del tiempo político
El Gobierno y la oposición se enfrentan en una batalla por el control del tiempo político, con la suspensión de las PASO como principal objetivo. Esta medida permitiría postergar las definiciones electorales hasta agosto, otorgando un respiro al oficialismo y generando incertidumbre en el escenario político. El escándalo del CriptoGate, que involucra a Javier Milei en presuntas inversiones irregulares, agrega un nuevo condimento a la disputa. La justicia deberá determinar si existe delito en las acciones del economista libertario, mientras que la opinión pública se debate entre la incredulidad y la indignación.
La pulseada por la Corte Suprema
La posible designación de Ariel Lijo en la Corte Suprema se convierte en otro punto de tensión entre el oficialismo y la oposición. El peronismo condiciona su apoyo a la aprobación del pliego de Lijo a la concesión de una de las dos vacantes en el máximo tribunal. Esta negociación pone de manifiesto la importancia estratégica de la Corte en el escenario político actual. Mientras tanto, el fantasma del «Tiempo Roto» acecha a la justicia argentina, con causas que se dilatan en el tiempo y la sensación de impunidad que se instala en la sociedad.
El factor Cristina y el juego internacional
Cristina Kirchner, que cumple 71 años esta semana, se mantiene como una figura central en el tablero político. La posibilidad de su candidatura presidencial genera expectativas y especulaciones en el peronismo. Al mismo tiempo, Javier Milei se prepara para una visita crucial a Estados Unidos, donde buscará el apoyo de Donald Trump. Sin embargo, deberá sortear la resistencia de Mauricio Claver-Carone, un crítico del gobierno argentino que podría obstaculizar sus planes. La semana política promete ser intensa, con definiciones clave que marcarán el rumbo del país.