Cristina Kirchner encabezó un acto en la sede del Partido Justicialista donde ofreció una lectura política con marcadas referencias personales y proyecciones a futuro. La líder del peronismo se describió a sí misma como "una fusilada que vive", remitiendo directamente al atentado que sufrió en septiembre de 2022 y trazando un paralelismo con la masacre de José León Suárez, en el marco de su 69° aniversario.
Entre ‘cachivaches’ y augurios de fracaso
Durante su exposición, que incluyó tanto un discurso interno como un mensaje a la militancia en la calle, la ex presidenta no ahorró críticas hacia la gestión del actual Gobierno. Calificó a la administración de Javier Milei de "cachivache" y pronosticó su "fracaso". Argumentó que "han fracasado estos modelos históricamente", exhortando a la militancia a organizarse "de cara a una eventual vuelta al poder del peronismo".
La posibilidad de una sentencia desfavorable en la denominada "causa vialidad", donde enfrenta cargos por corrupción, también estuvo presente en su discurso. Kirchner analizó la potencialidad de "estar presa" y, en un tono polémico, sugirió: "A a veces cuando algunos andan por la calle, libres los que hicieron megacanjes, endeudaron dos veces al país con el FMI, estar presa es un certificado de dignidad".
Reflexiones sobre dignidad y detenciones
La ex mandataria relacionó su situación judicial con un intento, a su entender, de amedrentar a la clase política e impedir futuros gobiernos que no se alineen con "los que no le han pagado al Fondo Monetario Internacional". Se preguntó retóricamente: "¿Creen que van a solucionar esto metiéndome presa? ¿Qué van a hacer? ¿La gente va a ganar más plata? ¿Van a financiar hospitales?". Y sentenció, dirigiéndose al Gobierno: "Entonces, hermano, pensá en otra salida porque yo estaré presa pero la gente va a estar cada día peor y eso no lo van a poder solucionar si siguen con esta política".
Cristina Kirchner también arremetió contra quienes cuestionan la cifra de 30 mil desaparecidos durante la dictadura, a quienes tildó de "descerebrados", preguntando de forma incisiva: "Bueno, son nueve mil pero dónde están".
En el plano económico, criticó las políticas que, según su análisis, facilitan la compra de dólares pero impactan negativamente en el poder adquisitivo de los trabajadores. Afirmó que "Éstos inventaron el cepo al salario", argumentando que si bien se levantaron algunas restricciones personales, se impuso un "cepo al salario", lo que impide a la mayoría de la población acceder a los bienes y servicios esenciales. Esto, según su visión, conducirá a que incluso "ese gran capital termina sin respuesta porque no alcanza para los 47 millones de argentinos".
