Disculpas con sabor a ironía en el Congreso: Almirón vs. Zago, round 2
En una sesión especial en el Congreso, marcada por el debate sobre el acuerdo con el FMI, el diputado libertario Lisandro Almirón ofreció disculpas públicas a su colega Oscar Zago, a quien había agredido físicamente la semana pasada. Sin embargo, el pedido de disculpas estuvo lejos de ser conciliador.
Tras ser interrumpido en reiteradas ocasiones por legisladores opositores mientras criticaba las políticas económicas de gobiernos anteriores, Almirón fue llamado al orden por el presidente de la Cámara baja, Martín Menem. «En pos de ordenar la situación, en virtud de lo que pasó el otro día, le pido a fin de que estemos todos de acuerdo que le pida disculpas publicas a Zago para poder continuar», solicitó Menem.
Accediendo al pedido, Almirón expresó: «Por supuesto que lo voy a hacer… Zago, perdón». No obstante, inmediatamente después, con un tono irónico, se dirigió a Zago preguntándole: «¿Querés que te dé un pico?». La frase generó risas y aplausos en el recinto, pero también reavivó la tensión entre ambos diputados.
De las trompadas al «pico»: la volátil relación entre los diputados
El incidente se enmarca en una serie de enfrentamientos entre legisladores libertarios ocurridos en la última semana. Días atrás, Almirón intentó sacar por la fuerza a Zago de su asiento, lo que desencadenó una serie de golpes entre ambos. Este nuevo episodio, aunque sin violencia física, demuestra la persistente animosidad entre los diputados.
El pedido de disculpas que terminó en crítica al kirchnerismo
Tras el irónico pedido de disculpas, Almirón aprovechó la ocasión para criticar al kirchnerismo, exigiendo que la ex presidenta Cristina Kirchner «pida perdón a los argentinos». «Pidan disculpas a los argentinos, que la ex presidenta Cristina Kirchner venga y pida perdón a los argentinos», exclamó. La sesión, que comenzó con un pedido de disculpas, culminó con un nuevo cruce de acusaciones entre las diferentes fuerzas políticas. El acuerdo con el FMI, tema central de la sesión, quedó relegado a un segundo plano ante el espectáculo protagonizado por los diputados.
