Cristina Kirchner apuesta al terruño: la tercera sección y la lista sábana como salvavidas electoral
Aunque públicamente se maticen las diferencias, el adelantamiento de las elecciones legislativas bonaerenses impulsado por Axel Kicillof generó una oportunidad estratégica para Cristina Kirchner. La exmandataria, con una dilatada trayectoria en cargos nacionales, parece haber identificado en la Tercera Sección Electoral de la provincia de Buenos Aires el último reducto geográfico donde su candidatura ostenta altas probabilidades de éxito.
La decisión de desdoblar los comicios provinciales, diferenciándolos de la elección nacional, creó un laberinto electoral con ocho votaciones distintas. Esta fragmentación impedirá un resultado unificado a nivel provincial, beneficiando a aquellos postulantes con capacidad de movilización territorial en zonas específicas. En este escenario, Cristina Kirchner habría elegido la Tercera Sección, un bastión histórico del peronismo con casi treinta años de resultados ininterrumpidos a favor. Su elección, más allá de la relevancia del cargo a ocupar, se sustenta en la sólida estadística electoral de la región.
El poder de la vieja boleta y el rol de los intendentes
La elección provincial mantiene el tradicional sistema de ‘listas sábanas’. Este formato de boleta en papel, que integra a los candidatos a legisladores bonaerenses con los concejales, es una herramienta fundamental para el despliegue de los aparatos políticos locales. Su distribución casa por casa y la movilización de electores por parte de los intendentes adquieren un valor superlativo, especialmente en un contexto de previsible baja participación electoral.
En la Tercera Sección, con 17 de los 19 municipios gobernados por el peronismo, Cristina Kirchner contaría con el aparato político más robusto del espacio. Aunque algunos intendentes hayan afianzado su vínculo con Kicillof, fuentes en La Plata confirman que el gobernador no presentaría una lista para competir con la exmandataria en esa sección. Este respaldo territorial garantiza no solo la movilización del electorado peronista, sino también el trabajo apasionado de los jefes comunales, interesados en asegurar representación en sus Concejos Deliberantes.
Un deshielo táctico y el desafío de octubre
El acercamiento con Kicillof, tras meses de distanciamiento, parece ser una pieza clave en la estrategia. La intendenta de Quilmes, Mayra Mendoza, sugirió la disposición de Cristina Kirchner a retomar el diálogo, una señal significativa considerando la fría relación previa. Un llamado telefónico, en este contexto, adquiere una relevancia política mayor a la de una simple cortesía, marcando un intento de reagrupar fuerzas de cara a la contienda venidera.
Sin embargo, el panorama cambiará drásticamente en octubre, cuando la provincia se unifique bajo la boleta de candidatos a diputados nacionales. La introducción de la boleta única, un sistema que tiende a reducir el peso de los aparatos políticos y favorecer a figuras con mayor exposición mediática, presentará un desafío distinto. Además, la posible unificación de listas entre La Libertad Avanza y el PRO, sumado a una indefinida posición de parte de la UCR, podría generar una competencia más compleja para un peronismo cuya unidad aún no está completamente sellada. La posibilidad de una candidatura temprana en septiembre le permitiría a Cristina Kirchner, en caso de confirmarse una condena judicial que le impida ser candidata a nivel nacional, mantener vigente su discurso sobre una presunta ‘proscripción’.