## La guerra de «gatos» y «fármacos» escala al plano judicial
La política argentina, siempre dispuesta a innovar en las artes de la polémica, sumó un nuevo capítulo a su dilatada novela de disputas. Lo que comenzó como un cruce verbal durante una sesión de la Cámara de Diputados, con los ya célebres gritos y alusiones a felinos y sustancias farmacológicas, escaló rápidamente a una confrontación con serias ramificaciones judiciales y mediáticas.
El epicentro de la tormenta fue el miércoles, en medio del debate por el incremento a los haberes jubilatorios. Allí, la diputada de Unión por la Patria, Florencia Carignano, dirigió un comentario a Gerardo Milman, legislador del PRO, ironizando sobre su supuesta inacción y vinculándola a la ingesta de «fármacos», en una clara alusión al contexto de la investigación del atentado contra la ex Presidenta Cristina Kirchner. Este comentario fue el detonante de una cadena de reacciones que desborda el recinto.
### De la tribuna tuitera a los tribunales
La disputa se trasladó velozmente a las plataformas digitales y a los estudios de radio, donde Milman respondió con firmeza. En declaraciones radiales, el diputado calificó los dichos de Carignano como «estupideces» con potencial de acarrear «consecuencias», instándola a retractarse de sus «guarangadas». Milman incluso expresó, en un tono que fluctuaba entre lo dramático y lo irónico, su preocupación por la posibilidad de ser acusado si algo le sucediera a la diputada, dado que ella misma lo había señalado por su «mirada amenazante» en medio de la sesión.
Por su parte, Carignano no se quedó atrás. Este viernes, a través de un extenso hilo en la red social X, anunció la presentación de una denuncia penal contra Milman en la Justicia federal. Según la legisladora, las expresiones de Milman constituyen «amenazas veladas y tentativas de coacción», destinadas a forzar su retractación y a condicionar su labor parlamentaria. Carignano reiteró sus acusaciones sobre las «miradas y actitudes desafiantes e intimidatorias» tanto hacia ella como hacia su colega Gabriela Estévez, buscando que la Justicia determine la responsabilidad penal de Milman y dicte medidas de protección.
### Intervenciones cruzadas y nuevos frentes
La escalada verbal atrajo a otros actores políticos al escenario digital. Silvana Giudici, ex legisladora y figura cercana al PRO, defendió a Milman con un tono igualmente punzante. En respuesta al hilo de Carignano, Giudici cargó contra la diputada asociándola a supuestos actos pasados de «un golpeador» y poniendo en duda su autoridad moral, llegando incluso a hacer referencia a la vida privada del ex presidente Macri, aludiendo a «ese sí que llevaba gatos a Olivos», validando su mensaje a través de un retuit de Milman.
En paralelo a la denuncia judicial, Milman anunció que impulsará acciones ante las autoridades de la Cámara de Diputados. Considera que la conducta de Carignano representa una «falta de decoro» y una «violación concreta a la ética del Congreso», buscando «reparar el daño producido». La expectativa ahora se centra en los pasos que darán tanto la Justicia federal como las autoridades parlamentarias ante este nuevo enfrentamiento que pone de manifiesto la tensión y belicosidad latente en el ámbito político. La «guerra de gatos y fármacos» parece estar lejos de concluir, prometiendo nuevos rounds, tanto en el plano legal como en el mediático.