García-Mansilla renunció. ¿Sorpresa? No. Milei lo nombró, el Senado le bajó el pulgar. Siete páginas de carta para explicar lo obvio: la Corte no es un club de amigos, necesita jueces con acuerdo. El Senado boludeó, Milei improvisó, García-Mansilla se fue. ¿Y la justicia? Ahí, viendo este quilombo. Parece joda pero…
¿Se acuerdan cuando la Corte tenía cuatro miembros? Ahora somos expertos en derecho constitucional gracias a las vacantes. García-Mansilla dijo que no aceptaba un cargo en comisión en 2015, pero en 2025… parece que le cambió el chip. Menos mal que aclaró: «¡Con el diario del lunes!». Un visionario.
90.000 expedientes juntando polvo. Si la justicia es ciega, acá está sorda y muda también. El país parece el lejano oeste judicial. Mientras tanto, los políticos debaten si el mate es con o sin azúcar. García-Mansilla se fue, la Corte sigue incompleta, y nosotros… bueno, nosotros seguimos acá, pagando impuestos.
García-Mansilla presentó su renuncia a la Corte Suprema tras el rechazo del Senado
Manuel García-Mansilla formalizó su renuncia como juez de la Corte Suprema de Justicia de la Nación este lunes, luego de que el Senado rechazara su pliego y el de Ariel Lijo, ambos propuestos por el presidente Javier Milei. La dimisión, presentada mediante una carta de siete páginas dirigida al mandatario, expone los argumentos del jurista para tomar esta decisión.
La «especulación política» y la «desidia institucional» en el centro de la escena
En su misiva, García-Mansilla critica duramente la «especulación política» y la «desidia institucional» que, a su juicio, impiden la completa integración de la Corte Suprema. El jurista señala que la demora en la designación de jueces no solo afecta el normal funcionamiento del tribunal, sino que también perjudica a los ciudadanos que ven demorada la resolución de sus disputas judiciales. «No es casualidad que, por este y otros motivos, al día de la fecha la Corte Suprema tenga unos 90.000 expedientes pendientes de resolución», afirma en la carta.
La defensa de su nombramiento en comisión y la crítica al Senado
García-Mansilla defendió la constitucionalidad de su nombramiento en comisión, argumentando que se ajustaba a las exigencias del artículo 99, inciso 19, de la Constitución Nacional. Además, rechazó las acusaciones de haber engañado a los senadores sobre su postura respecto a los nombramientos en comisión, sosteniendo que sus declaraciones en la audiencia pública fueron tergiversadas. El ex juez criticó la inacción del Senado, que «dejó que terminaran las sesiones ordinarias de 2024 sin hacer nada concreto» y «hizo caso omiso al llamado a sesiones extraordinarias en febrero de 2025». Finalmente, García-Mansilla expresó su deseo de que su renuncia sirva como una «advertencia» para que los responsables tomen conciencia de la urgencia de integrar la Corte Suprema y el Poder Judicial Federal, instando a dejar de lado «las mezquindades que parecen haberse impuesto hace mucho tiempo».