¿Se viene la remake de la Alianza en la Provincia? El Gobierno coquetea con el radicalismo de Abad para sumarlo al incipiente frente anti-peronista. ¿Será un experimento exitoso o terminará como la Convención del ’94 (con menos Alfonsín, claro)?
Caputo, el «gurú» presidencial, teje la trama desde las sombras (o los pasillos de la Rosada, según se mire). La idea: armar un Frankenstein político que le arrebate la provincia al PJ. 27 intendentes radicales… ¿alguien dijo botín de guerra?
El PRO también está en la danza, pero con la incógnita de Milei. ¿Serán capaces de conciliar halcones y palomas (o libertarios y… bueno, los otros)? Atentos a este culebrón político, que promete más giros que el tango de D’Arienzo.
El Gobierno busca sumar al radicalismo bonaerense a su alianza opositora
El Gobierno nacional, con la vista puesta en la estratégica Provincia de Buenos Aires, ha iniciado acercamientos con un sector del radicalismo con miras a incorporarlo al acuerdo que viene construyendo con referentes del PRO. El objetivo final: arrebatarle al peronismo el control del distrito más poblado del país.
El principal operador de esta estrategia es Santiago Caputo, influyente asesor presidencial, quien en los últimos meses ha entablado un diálogo con el senador bonaerense Maximiliano Abad, figura destacada de la UCR. La presencia de Abad esta semana en la Casa Rosada no pasó desapercibida y alimentó las especulaciones sobre un posible acuerdo.
Un frente opositor en construcción
La intención del oficialismo es conformar un frente opositor amplio en la Provincia de Buenos Aires, sumando a la estructura territorial del radicalismo –que cuenta con 27 intendentes y una extensa red de militantes– a los dirigentes del PRO dispuestos a acompañar la estrategia de La Libertad Avanza. Este armado busca capitalizar el descontento con la gestión peronista y presentar una alternativa competitiva en las próximas elecciones.
El desafío de la unidad opositora
La concreción de este frente opositor enfrenta diversos desafíos. La heterogeneidad ideológica de los potenciales socios, las diferencias internas en cada partido y la necesidad de definir un liderazgo y un programa común son algunos de los obstáculos que deberán sortear. La incógnita sobre el rol que jugará La Libertad Avanza en este escenario suma un factor de complejidad adicional a la ecuación política bonaerense.