Inflación y paritarias: ¿Se avecina una ola de conflictos gremiales?

Redacción Cuyo News
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La inflación recalienta las paritarias y amenaza con un otoño caliente

La inflación de marzo, que superó las expectativas, desató un efecto dominó en el ámbito sindical. Gremios que firmaron paritarias recientemente, como UPCN y Camioneros, buscan reabrir las negociaciones ante la pérdida de poder adquisitivo de los salarios. Andrés Rodríguez, líder de UPCN, solicitó la reapertura de la paritaria estatal apenas cinco días después de firmar un aumento del 1,3% mensual, que quedó pulverizado por el 3,7% de inflación registrado en marzo. Similar situación atraviesan los Camioneros, quienes acordaron un magro aumento trimestral. «El Gobierno sigue insistiendo en firmar paritarias a la baja», declaró Octavio Argüello, delegado de Moyano en la CGT.

El fantasma de la inflación

La pérdida del poder adquisitivo de los salarios en el primer trimestre del año, con caídas promedio del 3% según la Fundación Capital, se convierte en el principal argumento de los gremios. A esto se suma la incertidumbre generada por la reciente salida del cepo cambiario y su posible impacto en los precios. Sindicatos que se encuentran próximos a negociar sus paritarias buscan compensar las pérdidas pasadas y asegurar aumentos que acompañen la inflación. «Se firmará a lo sumo por dos o tres meses, pero el techo del 1% no corre más», aseguró un dirigente gremial, reflejando el clima de tensión que se vive.

El gobierno se mantiene firme

Desde el gobierno, la postura es de inflexibilidad. Se descarta la posibilidad de «paritarias libres» y se amenaza con no homologar acuerdos que superen los topes salariales establecidos. «Que se olviden de las paritarias libres», sentenció un funcionario cercano a Javier Milei. Guillermo Francos, jefe de Gabinete, acusó a los gremios de buscar la confrontación electoral y aseguró que el gobierno se mantendrá firme en su estrategia económica. Si bien se han realizado algunos intentos de diálogo con sectores dialoguistas de la CGT, la tensión se mantiene latente y la posibilidad de conflictos en los próximos meses es una realidad. La marcha convocada para el 30 de abril, en vísperas del Día del Trabajador, se perfila como un termómetro del descontento social y la fuerza de la pulseada entre gremios y gobierno.

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