Dom. 29.06.2025-10:25
Antes del comunicado de Cancillería, el régimen de Irán había redoblado sus amenazas contra el argentino Grossi
La tensión diplomática con Irán escaló significativamente en las últimas horas, marcando un nuevo capítulo en la compleja relación entre la República Islámica y los organismos internacionales de control nuclear. En un movimiento que antecedió el respaldo formal de la Cancillería argentina, Irán anunció severas restricciones al acceso del diplomático argentino Rafael Grossi, director general del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA).
Un veto inesperado y sus implicaciones
Según declaraciones de Hamid Reza Haji Babaei, vicepresidente del parlamento iraní, el régimen persa no solo prohibirá a Grossi visitar sus instalaciones nucleares, sino que también vetará la instalación de nuevas cámaras de vigilancia en dichos recintos. Esta decisión representa un endurecimiento de la postura iraní y un desafío directo a la misión de monitoreo y verificación del OIEA, organismo fundamental para garantizar la no proliferación nuclear global.
La medida iraní no es un hecho aislado, sino que se inscribe en un contexto de crecientes fricciones. La República Islámica viene sosteniendo que el OIEA ha superado sus funciones, acusándolo de presentar información sobre el programa nuclear “absolutamente diferente a la realidad”. Esta narrativa busca desacreditar los informes del organismo y justificar un mayor hermetismo en torno a sus actividades atómicas. “Si el gobierno y el OIEA pretenden seguir por ese camino, los parlamentarios iraníes tendrán una posición más dura y no permitirán que el señor Grossi visite las instalaciones y que se instalen más cámaras”, sentenció Haji Babaei, dejando en claro la advertencia iraní.
El respaldo argentino en un tablero complejo
La postura iraní cobró particular relevancia al producirse en la previa de un comunicado oficial del Gobierno argentino. La Cancillería, consciente de la delicada situación que atraviesa el diplomático compatriota, emitió un respaldo explícito a la figura de Grossi. Este apoyo subraya la importancia que Argentina le otorga a la misión del OIEA y a la labor de su director general en la salvaguarda de la paz y la seguridad internacional.
La situación actual coloca a Grossi en una posición delicada, en el centro de un ajedrez geopolítico donde cada movimiento es calculado. La insistencia de Irán en limitar la transparencia de su programa nuclear, sumada a la retórica de amena a, augura un periodo de intensas negociaciones y potenciales escaladas. La comunidad internacional, con el OIEA a la cabeza, deberá navegar estas aguas turbulentas con cautela y firmeza, buscando preservar el régimen de no proliferación nuclear en un escenario cada vez más impredecible.
