Los vaivenes políticos en el Senado de la Nación Argentina vuelven a poner en jaque la celeridad legislativa. Tras más de quince días desde que la Cámara de Diputados otorgara media sanción a iniciativas cruciales en materia previsional y de discapacidad, los expedientes permanecen inconmovibles, sin atisbo de inicio de debate en las comisiones pertinentes. Esta parálisis no es azarosa: responde a una clara estrategia de dilación por parte del oficialismo, conscientes del impacto que la eventual sanción podría tener en las arcas y la agenda gubernamental.
De un lado, la directriz de Cristina Kirchner, influyente figura del kirchnerismo, es convertir estos proyectos en ley con la máxima celeridad, buscando asestar un “golpe” político al actual Poder Ejecutivo. Del otro, la bancada oficialista, en una maniobra de relojero, opta por diluir el tiempo, aprovechando cada resquicio reglamentario. En este ajedrez legislativo, la oposición, urgida por la inacción, baraja ya la posibilidad de sortear el trámite en comisiones, apuntando a los esquivos dos tercios necesarios para llevar las propuestas directamente al recinto de votación.
El nudo de la discusión: jubilaciones y discapacidad
Los proyectos en cuestión no son de menor cuantía. Proponen un ajuste del 7.2% a las jubilaciones generales, un incremento del bono compensatorio de $70 mil a $110 mil, y la extensión de la moratoria previsional por dos años adicionales, una medida caduca desde marzo. Estas iniciativas han sido asignadas a las comisiones de Presupuesto, presidida por el libertario Ezequiel Atauche, y Previsión Social, bajo la batuta de Carmen Álvarez Rivero del PRO. En tanto, el proyecto de emergencia en discapacidad fue girado a Población y Desarrollo Humano, comisión liderada por Bruno Olivera de La Libertad Avanza.
Sorprendentemente, y según fuentes parlamentarias, “Esta semana seguro que no. Para la próxima no lo hemos hablado aún”, confesó uno de los legisladores, confirmando la estrategia de retención. La Casa Rosada es consciente de que, en caso de que estas leyes pasen el filtro parlamentario y el presidente Javier Milei cumpla su promesa de veto, el respaldo de los “87 héroes” que en el pasado sostuvieron los vetos en Diputados podría no materializarse esta vez. El tiempo apremia, con el receso legislativo de mitad de año a la vuelta de la esquina.
Presiones y ausencias estratégicas
Desde el oficialismo desestiman cualquier presión externa para acelerar el debate. Señalan que la semana pasada, marcada por dos feriados nacionales, la actividad fue mínima. Además, gran parte del cuerpo legislativo se encuentra inmerso en las campañas electorales provinciales, que exigen una dedicación considerable. Sin embargo, la visita inminente del jefe de Gabinete, Guillermo Francos, al Senado este jueves, podría sacudir las aguas y reabrir el diálogo entre facciones.
Aunque los legisladores de Unión por la Patria (UP) estuvieron近日 concentrados en la situación de Cristina Fernández de Kirchner, han asegurado que retomarán la ofensiva. Cabe destacar que el reglamento del Senado no contempla emplazamientos directos que obliguen a las comisiones a sesionar. Aunque los senadores pueden solicitar la inclusión de temas en el temario (con la firma de tres legisladores), la fecha de la reunión sigue siendo potestad exclusiva del presidente de la comisión. Esto genera frustración, tal como lo expresó una senadora K: “La semana que viene tienen que convocar. Si no convocan vamos a pedir sesión pero no van a poder seguir boludeando el tema”.
El principal escollo es que, sin un dictamen de comisión, la aprobación directa en el recinto exige una mayoría de dos tercios, una cifra que “Por ahora no los tenemos garantizados”, admitió un senador de peso de la bancada kirchnerista. UP, con 34 legisladores, necesita sumar 14 votos adicionales para alcanzar esa cifra. La búsqueda de apoyos se centra en los acuerdos electorales entre La Libertad Avanza y el PRO, y la Unión Cívica Radical, mientras monitorean la relación con los gobernadores, preocupados por la caída en la recaudación y la ralentización de las transferencias y obras públicas. Este lunes, una nueva reunión de mandatarios en el CFI podría ser clave.
En la UCR, un sector, incluido Martín Lousteau y Pablo Blanco (aunque este último objeta la moratoria), se muestra proclive a respaldar los proyectos. El resto del bloque espera una reunión interna para unificar posturas. En Diputados, la UCR optó por no dar quórum, pero una vez iniciada la sesión, contribuyó a la aprobación. En el PRO, en cambio, la discusión interna aún no se ha dado, a pesar de que en Diputados la abstención de nueve macristas, entre ellos María Eugenia Vidal y Silvia Lospennatto, resultó decisiva en la primera votación.
