El Rug Pull de Milei: ¿Juicio Político o Comisión Investigadora?
El promocionado romance del presidente Javier Milei con la criptomoneda $LIBRA terminó en un escándalo de proporciones épicas. Tras una subida meteórica de su cotización (que algunos sospechan fue artificialmente inflada, como un globo con helio de feria), la moneda digital se desplomó, dejando a miles de inversores con los bolsillos vacíos y un sabor amargo en la boca. Ahora, el Congreso debate cómo abordar el asunto: con la furia implacable del juicio político o con la mesura (¿aburrida?) de una comisión investigadora.
El Kirchnerismo Busca Sangre: Juicio Político YA
El bloque kirchnerista, ni lerdo ni perezoso, vio en este tropezón de Milei la oportunidad perfecta para asestar un golpe político. Con la contundencia de un martillazo en un clavo flojo, exigen iniciar un juicio político contra el presidente, acusándolo de responsabilidad directa en la debacle de $LIBRA. «El juicio político es la instancia que prevé la Constitución…», argumenta la diputada Carolina Gaillard, dejando en claro que no se andan con chiquitas. El objetivo: determinar si Milei tuvo un rol activo en la presunta estafa, o si simplemente se dejó llevar por el entusiasmo cripto como un adolescente en un recital de trap.
La Oposición Dialoguista Prefiere el Diálogo (y el Tiempo)
Del otro lado del ring político, la oposición dialoguista (esa que cree en el poder de la palabra, aunque a veces parezca que habla en otro idioma) prefiere una comisión investigadora. Figuras como Mariela Coletta, Emilio Monzó y Paula Oliveto consideran que un juicio político es una medida extrema y que, antes de cortar cabezas, hay que investigar a fondo. «En principio nos parece mejor una comisión especial de investigación…», señala Coletta, sugiriendo un enfoque más cauteloso, como quien prueba la temperatura del agua antes de meterse a la pileta. La idea es analizar la situación con la frialdad de un forense (o al menos intentarlo) y determinar si hay suficientes pruebas para llevar a Milei al banquillo de los acusados.
Un Congreso Dividido y un Futuro Incierto
La pulseada entre juicio político y comisión investigadora refleja la profunda división que reina en el Congreso. El oficialismo, con sed de venganza (¿o de justicia?), necesita reunir los dos tercios de los votos para iniciar el juicio político, una tarea que se asemeja a escalar el Aconcagua en ojotas. Mientras tanto, la oposición dialoguista busca ganar tiempo (y quizás, evitar un choque frontal con el presidente). El futuro de Milei, y de la investigación sobre el $LIBRA, pende de un hilo tan delgado como la paciencia de un inversor que perdió todos sus ahorros.
