El gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, cargó duramente este lunes contra la gestión del presidente Javier Milei, acusándola de un supino «incumplimiento de responsabilidades» frente a las recientes y devastadoras inundaciones. En una declaración que resonó en el Salón Isabel Pallamay, habitualmente reservado para cuestiones de menor enjundia, Kicillof anunció un inminente pedido a Nación para que se asignen a la provincia diez «obras que están paralizadas» y que, según él, serían fundamentales para evitar futuros anegamientos.
Pero la artillería bonaerense no se detuvo allí. El mandatario provincial adelantó que también solicitará una asistencia del Tesoro Nacional por la friolera de 100 mil millones de pesos, fondos que, afirmó, son imprescindibles para «seguir respondiendo al desastre climático» que azotó el territorio.
El embate contra la ‘desidia’ nacional
Durante la conferencia de prensa, donde tomó el protagonismo que usualmente recae en el ministro de Gobierno, Carlos Bianco, el gobernador apuntó directamente a la Casa Rosada por el «absoluto abandono en materia de obras públicas». Kicillof sostuvo que se trata de proyectos que «deberíamos hacer en conjunto pero nos vemos en la necesidad de encararlas en soledad».
En un detallado recuento que buscó poner de manifiesto la magnitud del problema, el gobernador señaló que el Gobierno nacional «paró mil obras en la provincia». De ese universo, destacó que diez son de «muy importantes para evitar inundaciones». La crítica se agudizó al señalar que desde Nación «ni siquiera transfieren las obras a la provincia», una situación que calificó de «desidia» y que motivará el reclamo formal por esas diez inversiones puntuales.
Unidad peronista: la cuestión pendiente
Consultado sobre las posibilidades de alcanzar una propuesta de unidad en el peronismo de cara a las próximas elecciones provinciales, Kicillof se mostró proclive a la idea, pero evitó profundizar en el asunto. En un gesto que algunos interpretaron como un cuidado estratégico y otros como un simple desinterés coyuntural, el gobernador eludió cualquier alusión al reciente discurso de Cristina Kirchner, una figura que, más allá de las especulaciones, sigue marcando el pulso del peronismo.
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