¿Isabelita, la responsable del golpe del ’76? El peronismo más perdido que turco en la neblina con este tema. Se les olvida el Decreto 261/75, ¿será amnesia selectiva?
La sociedad civil, el jamón del sandwich entre dos peronismos en guerra. Bombas por acá, bombas por allá… ¡Que época, mameeeta!. Pero ojo, eh, que acá nadie justifica a los milicos.
¿Y si en vez de quemar iglesias en el ’55 hubieran prendido una vela a la democracia? Capaz que otro gallo cantaba. Igual, De la Rúa pidiendo juicio político a Isabelita, ¡quién lo hubiera dicho!
La responsabilidad del peronismo en el golpe del ’76: ¿un tema tabú?
La complacencia con la que se ha tratado la responsabilidad del peronismo, y en particular del gobierno de Isabel Martínez de Perón, en los eventos que condujeron al golpe de Estado de 1976 en Argentina es un tema que requiere un análisis más profundo. La designación de Isabel Perón como vicepresidenta, una figura sin la experiencia ni las capacidades necesarias para el cargo, fue un error garrafal que desató una crisis institucional sin precedentes. Sumado a esto, la incapacidad de su gobierno para controlar la violencia ejercida tanto por la Triple A como por grupos guerrilleros como el ERP y Montoneros, generó un clima de inestabilidad que desembocó en el golpe militar.
El Decreto 261/75: la antesala del horror
Un elemento crucial, a menudo ignorado, es el Decreto Secreto 261/1975, firmado por Isabel Perón, que autorizaba al Ejército a «neutralizar y/o aniquilar» a elementos subversivos en Tucumán. Este decreto sentó las bases para la doctrina de aniquilamiento que luego sería implementada con brutalidad por la dictadura. Si bien la sociedad civil quedó atrapada en medio de la violencia política, esto no exime al gobierno peronista de su responsabilidad en la escalada de violencia que culminó con el golpe.
La violencia como herramienta política: un patrón recurrente
El peronismo ha mostrado históricamente una tendencia a recurrir a la violencia cuando los resultados electorales o la voluntad popular no le son favorables. Desde la quema de iglesias en 1955 hasta las recientes manifestaciones con grupos de choque, la violencia parece ser una constante en su accionar político. Los intentos de juicio político contra Isabel Perón, impulsados por figuras como Fernando de la Rúa, no prosperaron debido a la falta de apoyo del propio peronismo. Si estos intentos hubieran tenido éxito, quizás la historia argentina habría tomado un rumbo diferente. El «Nunca Más» debe ser un recordatorio no solo de los crímenes de la dictadura, sino también de la responsabilidad de aquellos que, con sus acciones u omisiones, contribuyeron a crear el clima propicio para el golpe.