Ahora, el Gobierno, en un ataque de audacia digno de un avestruz intentando volar, decidió apretar el acelerador y forzar una sesión este viernes para tratar el pliego de Lijo. Parece que se olvidaron de hacer la tarea: según los poroteos que circulan por los pasillos del Congreso, no llegan ni a palos a los dos tercios necesarios para aprobarlo. Es más, ni siquiera tienen asegurado el quórum para que la sesión arranque. ¡Un papelón de proporciones épicas!
Para colmo, Villarruel, la vice, convocó a una reunión de Labor Parlamentaria este miércoles para intentar organizar la sesión del jueves, donde la idea original era suspender las PASO y meter algunos otros temas de relleno. O sea, la prioridad es clara: eliminar la competencia antes que solucionar la crisis en la Corte.
Como si fuera poco, Milei se va de viaje a Estados Unidos y deja a cargo al puntano Abdala (inserte aquí meme de «vos fijate»). El hombre tendrá la ardua tarea de presidir las sesiones donde se definirá el futuro del máximo tribunal, mientras el presi se pasea por el norte. Todo muy normal y muy republicano, ¿no?
Y como frutilla del postre, Rosatti, el presi de la Corte, se niega a tomarle juramento a cualquier juez designado por decreto. Una ironía digna de un sketch de Capusotto, teniendo en cuenta que él mismo llegó al cargo por esa vía. Parece que la memoria le falla más que a un político en campaña. En fin, un verdadero circo romano en el que la justicia es la única que no se divierte.
## La Batalla por la Corte: Milei, el Senado y la amenaza del decreto
El gobierno de Javier Milei enfrenta un nuevo desafío en su intento por nombrar a jueces para la Corte Suprema de Justicia. Luego de casi un año de la propuesta inicial de Ariel Lijo y Manuel García-Mansilla, solo el pliego del primero ha obtenido dictamen en la comisión de Acuerdos del Senado. La falta de consenso y la urgencia del Ejecutivo por cubrir las vacantes han llevado a una situación de tensión que podría culminar con la designación de jueces por decreto.
### Una sesión crucial con final incierto
La convocatoria a una sesión extraordinaria del Senado para este viernes busca destrabar la situación. El oficialismo pretende que se trate el pliego de Lijo, pero las cuentas no le cierran. La Constitución exige dos tercios de los senadores presentes para la aprobación, una cifra que hasta el momento parece inalcanzable. Incluso, la posibilidad de alcanzar el quórum necesario para iniciar la sesión está en duda, según fuentes del oficialismo.
Mientras tanto, la vicepresidenta Victoria Villarruel ha convocado a una reunión de Labor Parlamentaria para definir la agenda de la sesión del jueves, donde se buscará aprobar la suspensión de las PASO y otros temas. La coincidencia con el viaje de Milei a Estados Unidos, que dejará a cargo del Senado al presidente provisional Bartolomé Abdala, añade un elemento más de complejidad al escenario político.
### El plan B: la polémica del decreto y la resistencia de Rosatti
Ante la posibilidad de un fracaso en el Senado, el gobierno maneja un plan B: la designación de jueces por decreto. Si bien García-Mansilla habría dado su consentimiento, Lijo se resistiría a esta opción, ya que implicaría renunciar a su actual cargo de juez federal.
La vía del decreto, sin embargo, enfrenta un obstáculo mayor: la negativa de Horacio Rosatti, presidente de la Corte, a tomar juramento a jueces designados por esta vía. La postura de Rosatti, quien llegó al máximo tribunal mediante un decreto de Mauricio Macri (posteriormente convalidado por el Senado), genera controversia y abre un nuevo capítulo en la disputa por el poder judicial. Según trascendió, Rosatti basa su negativa en una decisión previa de la Corte que invalidó un nombramiento en comisión. Desde el máximo tribunal, sin embargo, aclararon que la decisión final sobre la toma de juramento corresponde al cuerpo colegiado y no a un solo ministro. Además, negaron haber sido consultados por el Ejecutivo sobre la posibilidad de designar jueces por decreto.