¿Lijo a la Corte? Parece la remake de una novela turca. Un año esperando, nombramiento por decreto fallido, licencia estratégica (¿vacaciones pagas?), y Lorenzetti como el amigo que te promete el oro y el moro. El Senado, cual jurado de reality show, definirá su destino. ¿Drama o comedia? Hagan sus apuestas.
Cristina, con cara de pocos amigos, ya prepara el bloqueo. Milei, después del criptogate, ofrece ampliar la Corte como quien regala figuritas repetidas. ¿Y Lijo? «Que sea lo que Dios quiera», mientras ordena el escritorio de Comodoro Py… por las dudas.
Un final abierto, digno de Hitchcock. ¿Será Corte o seguirá con los expedientes? Massa y algunos gobernadores, cual palomas mensajeras, buscan votos perdidos. La política argentina, un circo romano con toga y birrete.
Lijo, un año en el limbo: la novela de la Corte Suprema llega a su capítulo final
El juez federal Ariel Lijo, nominado hace un año por el presidente Javier Milei para integrar la Corte Suprema de Justicia, aguarda la definición de su pliego en el Senado. Luego de un intento fallido de nombramiento por decreto –»en comisión»– y una licencia extraordinaria que le permitió mantenerse al frente de su juzgado en Comodoro Py, Lijo se juega al «todo o nada». «Todo este tiempo fue de demasiado desgaste», confesó el magistrado a su círculo íntimo, según fuentes confiables.
La estrategia de la designación por decreto, sugerida por la Casa Rosada y avalada inicialmente por el juez Ricardo Lorenzetti, terminó siendo un arma de doble filo. Si bien le permitió a Lijo acceder temporalmente a la Corte, la jugada fue invalidada por la jurisprudencia existente y rechazada por la mayoría de los jueces supremos.
El factor kirchnerista y la compleja aritmética del Senado
El bloque del Frente de Todos, liderado por Cristina Kirchner, se opone firmemente a las designaciones de Lijo y del otro candidato propuesto por Milei, Manuel García-Mansilla. Sin embargo, un grupo de senadores peronistas, cercanos a figuras como Sergio Massa y algunos gobernadores aliados al oficialismo, podrían votar a favor de Lijo. Nombres como Lucía Corpacci, Claudia Ledesma, Sergio Uñac y Carolina Moisés se mencionan entre los posibles apoyos.
La posibilidad de que Lijo obtenga los dos tercios de los votos necesarios para su aprobación en el Senado es incierta. El escenario político, convulsionado tras el escándalo del «criptogate» y las arduas negociaciones entre el oficialismo y la oposición, hacen difícil cualquier pronóstico. La oferta del Gobierno de ampliar la Corte Suprema para sumar jueces afines al kirchnerismo, a cambio del apoyo a Lijo y García-Mansilla, no ha logrado destrabar el conflicto.
La decisión final: ¿Comodoro Py o la Corte Suprema?
Mientras las negociaciones y especulaciones continúan, Lijo espera el desenlace en su juzgado de Comodoro Py. Su futuro judicial se definirá en el recinto del Senado, en una votación que promete ser tan dramática como incierta. El juez, cansado del desgaste y la incertidumbre, apuesta a una definición rápida: a suerte y verdad, todo o nada.