¿Renunciar? ¡Jamás! Lijo, con más apego a su sillón que un gato a una caja, pidió licencia para ir a la Corte. Argumentó «inestabilidad» en el cargo, cual participante de reality show. ¿Será que teme quedar afuera en la próxima votación? La Cámara Federal, cual amiga comprensiva, le dio el visto bueno. Ahora, la Corte tiene la palabra: ¿le darán el OK o le dirán «a llorar al campito»?
Mientras tanto, el escándalo de la criptomoneda $LIBRA sigue su curso… ¿Casualidad? No lo creo. El Senado, con la velocidad de un perezoso con resaca, no trató su pliego. ¿Será que el aroma a conflicto espanta a los legisladores? García-Mansilla ya juró, pero Lijo… Lijo juega al misterio. ¿Renuncia o no renuncia? Esa es la cuestión.
Lijo pide licencia y la Corte define si lo deja jurar
El juez Ariel Lijo solicitó una licencia sin goce de sueldo para asumir su cargo en la Corte Suprema de Justicia, designado por decreto presidencial. En una nota de solo dos páginas, el magistrado argumentó que la «falta de estabilidad» de su nombramiento, al no haber pasado por el Senado, justifica su pedido de licencia en lugar de la renuncia. La Cámara Federal porteña aprobó la solicitud, que ahora se encuentra en manos de la Corte Suprema para su evaluación final.
Un nombramiento envuelto en polémica
La designación de Lijo se da en un contexto de controversia política. Si bien obtuvo dictamen favorable en la Comisión de Acuerdos del Senado, su pliego no llegó a tratarse en el recinto durante las sesiones extraordinarias. El Ejecutivo, acusando al Senado de dilación, procedió a designarlo por decreto, junto a Manuel García-Mansilla, quien ya juró su cargo. La polémica se agudiza por la investigación en curso sobre la criptomoneda $LIBRA, que involucra al Presidente de la Nación y podría generar un conflicto de intereses para Lijo en su nuevo rol.
La disyuntiva: ¿licencia o renuncia?
La decisión de Lijo de pedir licencia, y no renunciar a su juzgado federal, generó debate en el ámbito judicial. El magistrado se ampara en la Acordada 34/77 de la Corte Suprema, que regula las licencias para la Justicia Nacional, y argumenta que su designación «en comisión», sin estabilidad, le permite solicitar licencia sin goce de sueldo mientras dure esta situación. La Cámara Federal coincidió con esta interpretación, pero la decisión final recae en la propia Corte Suprema, que deberá determinar si habilita a Lijo a jurar como ministro sin renunciar a su cargo actual. La Corte ya tomó juramento a García-Mansilla, mientras que el caso de Lijo sigue en suspenso.