El expresidente Mauricio Macri, figura ineludible en el tablero político argentino, volvió a exhibir su postura inalterable este miércoles al respaldar la decisión de la Corte Suprema de Justicia que ratificó la condena a la también expresidenta Cristina Kirchner por casos de corrupción. Sin rodeos, Macri sentenció que el máximo tribunal, con su accionar, “lo que ha marcado, finalmente es que si uno no hace las cosas dentro de la ley, tendrá que pagar las consecuencias”. Una declaración que, como es habitual, resonará en los pasillos de la política nacional, generando adhesiones y rechazos en partes iguales.
Durante un encuentro con periodistas en Ituzaingó, Corrientes, el líder del PRO no eludió la oportunidad de destacar el rol de su partido en el panorama actual. Remarcó que desde el PRO han “apoyado prácticamente todas las reformas que se realizaron en el Congreso” impulsadas por el Gobierno de Javier Milei. Esa sinergia, que parece profundizarse con el correr de los meses, fue reforzada con una revelación que pocos esperaban: con el Presidente libertario, a Macri lo une “una relación de afecto”. Un vínculo que, para muchos, se traduce en una alianza estratégica de cara al futuro político del país.
“El apoyo del Pro ha sido único en la historia de la política en la Argentina”, enfatizó Macri, atribuyendo este respaldo a la convicción de que las propuestas que impulsaron en 2015 y 2019, ahora bajo la gestión de Milei, se “han profundizado”. Una continuidad ideológica que busca legitimar el camino actual y proyectar una visión a largo plazo para la nación.
Asimismo, el expresidente señaló la imperiosa necesidad de cultivar “una esperanza hacia adelante, aunque por supuesto es un punto de partida, falta muchísimo más, porque no alcanza con la estabilidad macroeconómica”. Una sutil crítica constructiva, quizás, que destaca la magnitud de los desafíos pendientes más allá de los indicadores financieros.
Sin profundizar en demasía sobre el año electoral que se avecina o la intervención del PRO en Corrientes, Macri respondió a las consultas sobre la construcción de una alianza con La Libertad Avanza en la provincia de Buenos Aires. Apuntó que para ello “está empoderado (el diputado nacional y presidente del Pro bonaerense, Cristian) Ritondo. Así que esperaremos a ver cómo terminan esas conversaciones”. Una demostración de confianza en su equipo y una delegación de responsabilidades que delinean la estrategia territorial de su partido.
En cuanto a la situación electoral de Corrientes, donde el gobernador Gustavo Valdés no podrá buscar su reelección, Macri destacó el «grupo humano que se ha formado» en la provincia con la coalición Vamos Corrientes y, con un guiño de esperanza, acotó: «espero que siga gobernando».
Un líder multifacético: de la política a la pelota
La agenda de Macri en Corrientes fue intensa. Tras su llegada al mediodía, almorzó con el gobernador Valdés y dialogó con medios radiales locales, donde las preguntas no se limitaron a la coyuntura política. Inevitablemente, emergió la actualidad de Boca Juniors, el club de sus amores y del cual también fue presidente. Con un tono crítico, Macri cuestionó la gestión de Juan Román Riquelme, su actual directivo, señalando que lleva adelante la etapa «más triste de la historia de Boca”. Una declaración que, sin duda, resonará en el universo xeneize.
La promesa de desarrollo: el puerto de ituzaingó
Más allá de las controversias políticas y futbolísticas, la jornada de Macri en Corrientes tuvo un eje central: la inauguración del puerto de Ituzaingó. Con un discurso en el acto oficial de la gobernación, el expresidente recordó que «la gente nos vota y da el poder con una esperanza de que nosotros les demos nuevas oportunidades de progreso y la primera es la educación y la segunda es la infraestructura».
Macri señaló que esta obra marcaba «un momento histórico para Corrientes». “Este puerto es una fábrica de empleo. No solo por el empleo que va a generar en la región: va a haber miles de productores que tendrán una posibilidad real de llevar su producto a otros mercados del mundo por una vía que es mucho más económica y sustentable”, añadió el expresidente y fundador del PRO. Esta nueva infraestructura, el Puerto de Ituzaingó, cuenta con calado natural, un muelle de 300 metros de extensión y capacidad para operar hasta 4.000 contenedores diarios. Según la gobernación, busca consolidarse como un punto clave para el comercio exterior del norte argentino, proyectando un futuro de mayor conectividad y oportunidades para la región.