Un día después de que la Corte Suprema de Justicia ratificara la condena a 6 años de prisión dictada contra Cristina Kirchner, se esperaba en el Congreso una multitudinaria marcha acompañando el reclamo de los jubilados, de los trabajadores del Hospital Garrahan y, por supuesto, en rechazo al fallo del máximo tribunal. Fue con esa hipótesis que el Ministerio de Seguridad de Patricia Bullrich dispuso un super operativo para blindar la zona del parlamento.
Sin embargo, no hubo marcha multitudinaria y las pocas agrupaciones que se movilizaron decidieron después de unos minutos de estar en la Plaza del Congreso ir hacia la zona de Plaza de Mayo. El cambio de escenario para la protesta tuvo algunos momentos de tensión porque cuando los manifestantes caminaban por la Avenida Mayo, en sentido a la 9 de Julio, y la policía quiso aplicar el protocolo antipiquetes. Eso derivo en algunos choques entre manifestantes y efectivos.
No se informó de heridos de gravedad aunque una jubilada terminó lesionada, según los comentarios que circularon durante la manifestación. Las columnas llegaron a cortar por unos minutos el tránsito del metrobus que comunica Constitución con el Obelisco, pero la situación se normalizó cuando la policía motorizada hizo subir a las veredas a los manifestantes que habían quedado atrás. Fue a fuerza de algunos pistoneos que taparon por momentos el sonido de los bombos de los manifestantes.
En medio de ese clima de tensión y con la policía custodiando desde atrás, los militantes de las agrupaciones K como La Cámpora, Patria Grande, UTEP, Nuevo Encuentro y los partidos de izquierda llegaron a la Plaza de Mayo para reclamar por los jubilados y contra la condena a Cristina.
Un dato de color fue la enorme bandera palestina se plantó en el medio del vallado que impide acercarse al enrejado de la Casa Rosada, justo cuando el presidente Javier Milei, de visita oficial en Israel, confirmaba en el parlamento de ese país la decisión de trasladar la embajada argentina a Jerusalén, una decisión que despierta polémica y que sólo fue adoptada por un grupo de países, como Estados Unidos, durante el primer gobierno de Donald Trump.
Pero lo que se esperaba como una gran marcha del kirchnerismo terminó siendo una fuerte protesta de trabajadores del Hospital Garrahan, que a la mañana tuvieron una audiencia en la Secretaría de Trabajo en reclamo de mejoras salariales y luego fueron recibidos junto a médicos y pacientes por los senadores del peronismo.
Los trabajadores se reunieron en el Palacio Legislativo con José Mayans, Juliana Di Tullio y Anabel Fernández Sagasti, y también participaron los representantes de Convicción Federal, que comanda Fernando Salino. La comitiva se llevó el compromiso de los senadores de que acompañarán la declaración de emergencia de la salud pediátrica para defender al Hospital Garrahan de la crisis presupuestaria y el atraso salarial que sufren los médicos y profesionales.
“Los senadores que representamos provincias alejadas del AMBA valoramos más aún el rol clave para la salud de nuestros niños y niñas que cumple el Garrahan, toda vez que pasan a ser pacientes de alta complejidad o nacen con enfermedades poco frecuentes y terminan derivados a Buenos Aires”, destacó, por su parte, la jujeña Carolina Moisés.
Ya en la calle, la columna le dedicó un cantito a los encargados de la seguridad. «Policía, policía que vergüenza que me das, cuando se enferma tu hijo lo traes al hospital», se escuchó en el camino que hizo la columna del Garrahan por Diagonal Norte hasta llegar a la Plaza de Mayo, donde instalaron una suerte de escenario mirando al Cabildo.
Como parte de las actividades, los médicos dieron clases de RCP al ritmo de la música de los Bee Gees. Algunos políticos se acercaron a la plaza como los diputados Germán Martínez, Leopoldo Moreau y Juan Manuel Pedrini, de Unión por la Patria; y también los dirigentes de izquierda Andrea D’Atri, Myriam Bregman y Nicolás del Caño.
También estuvo Fabián Grillo, padre de Pablo Grillo, el fotógrafo que fue herido durante una de las marchas de los jubilados al ser alcanzado por un proyectil de gas lacrimógeno. «Hay que acompañar todas las luchas», dijo el hombre.
La protesta estuvo animada por el actor «Osqui» Guzmán, quien pidió el apoyo para el hospital y reclamó «un salario digno» para los médicos. «Vaciar los hospitales es igual a cerrarlo», advirtió.
Hubo algunos manifestantes que dejaron su «aguante Cristina», aunque con el correr de las horas se fueron caminando por la Avenida de Mayo con la intención de ir hacia el barrio de Constitución, donde estaba la militancia kirchnerista dándole su apoyo a la ex presidenta.