Milei en el Vaticano: ¿Llanto genuino o estrategia política nivel experto? El economista libertario asistió al funeral papal y protagonizó escenas dignas de un culebrón. Lágrimas, encuentros con líderes mundiales y un silencio que dice más que mil gritos (o rugidos). ¿Se viene el Milei 2.0, versión estadista? El país, expectante, observa si el león se convierte en gatito mimoso o si solo está afilando las garras para la próxima batalla electoral.
Mientras tanto, la interna del PRO está que arde. Macri tiembla ante la posible pérdida de su bastión porteño y algunos «halcones» coquetean con el enemigo (¿oportunidad o traición?). El kirchnerismo, agazapado, sueña con dar el batacazo. En fin, la política argentina: un reality show que ni Netflix se anima a producir.
Milei en el Vaticano: Lágrimas, silencio y especulaciones
El funeral del Papa Francisco fue escenario de un hecho inusual: Javier Milei, conocido por su estilo confrontativo, se mantuvo en silencio y visiblemente conmovido. No pronunció palabra alguna durante las ceremonias, pero lloró en dos ocasiones, según testigos. Su participación en el evento, junto a líderes mundiales como Emmanuel Macron y Giorgia Meloni, generó especulaciones sobre un posible cambio en su actitud presidencial.
El impacto del funeral en la política argentina
Algunos allegados a Milei sugieren que el funeral, por su magnitud e impacto global, lo habría hecho reflexionar sobre la responsabilidad de su cargo. Los encuentros con otros mandatarios y el almuerzo con Meloni habrían contribuido a esta percepción. Sin embargo, quienes lo conocen descartan un cambio radical en su personalidad, argumentando que perdería autenticidad frente a sus seguidores.
Tensión electoral en la Ciudad de Buenos Aires
Mientras tanto, la escena política argentina se mantiene en ebullición. Las próximas elecciones en la Ciudad de Buenos Aires se presentan como un escenario clave para el futuro del PRO y las posibles alianzas electorales. La candidatura de Manuel Adorni por La Libertad Avanza amenaza la hegemonía del partido de Macri, mientras que el kirchnerismo busca capitalizar el descontento y obtener una victoria histórica. Las conversaciones clandestinas entre las diferentes fuerzas políticas buscan evitar una campaña sucia, pero la tensión subyacente es palpable. La posibilidad de que dirigentes del PRO se sumen a las listas libertarias en octubre añade un nuevo elemento de incertidumbre al panorama electoral.