El dilema de Milei: Gobernar o hacer campaña
La llegada de Javier Milei a la presidencia marcó un cambio en la dinámica política argentina. Su campaña, centrada en la promesa de un ajuste económico, generó controversia y, al mismo tiempo, le valió la victoria electoral. Ahora, el desafío radica en conciliar la gestión de gobierno con la retórica de campaña. «Milei hizo campaña, y ganó las elecciones, prometiendo el sufrimiento del ajuste», una estrategia que, si bien no explicitó completamente sus costos, fue cumplida al llegar a la Casa Rosada.
La polarización como estrategia
Milei y su equipo han buscado mantener difusa la línea entre gestión y campaña, utilizando las redes sociales como principal canal de comunicación. Esta estrategia se ve favorecida por la polarización existente entre La Libertad Avanza y el peronismo, que «obliga a los votantes a forzar sus preferencias y optar por dos alternativas». Si bien esta dicotomía beneficia al oficialismo al permitirle dirigirse a un electorado claramente definido, también presenta una paradoja: la necesidad de los «dialoguistas», aquellos partidos que no se ubican en ninguno de los dos polos, para lograr la gobernabilidad. Sin el apoyo de sectores del PRO, el radicalismo y partidos provinciales, «Milei ni siquiera habría alcanzado a defender en el Congreso los Decretos».
El desafío de los dialoguistas
La polarización también plantea un desafío para las fuerzas políticas que buscan posicionarse fuera de la dicotomía La Libertad Avanza-peronismo. El dilema radica en si conviene acentuar un perfil propio o sumarse a la prédica del oficialismo, que hasta el momento ha demostrado ser efectiva. Las elecciones desdobladas en varias provincias ofrecen una oportunidad para que los dialoguistas se distancien de Milei y construyan una estrategia propia de cara a las elecciones nacionales de octubre. Sin embargo, en el escenario nacional, la polarización podría intensificarse, reduciendo el espacio para las terceras opciones. La Libertad Avanza buscará instalar la idea de la defensa del proyecto, con «la cara de Milei en las historias de Instagram», lo que podría diluir a los candidatos libertarios y consolidar la polarización.
