Milei, el rockstar de la política, prometió ajuste y lo cumplió… a medias. ¿»La casta» pagó el pato? No, pero el tipo sigue firme en su cruzada virtual. 15 meses de tuits incendiarios y ahora, ¿cómo hará campaña desde el sillón de Rivadavia? ¿Se viene la Milei 2.0 o más de lo mismo, pero con presupuesto oficial?
En síntesis: El presi influencer deberá demostrar si puede gobernar o solo sabe hacer campaña… ¿o si en la Argentina moderna ambas cosas son, en definitiva, lo mismo? Al final, todo termina en un meme.
Milei: ¿Gobernar o hacer campaña? Esa es la cuestión
La llegada de Javier Milei a la presidencia marcó un cambio radical en la política argentina. Su estilo confrontativo y su promesa de ajuste, aunque sin la «casta política» pagando los platos rotos como se había anunciado inicialmente, definieron sus primeros 15 meses de gestión. Un período en el que la línea entre gobernar y hacer campaña se volvió borrosa, con decisiones gubernamentales aparentemente diseñadas para generar impacto en las redes sociales, el principal campo de batalla elegido por el oficialismo.
El desafío de la reelección
Este año, Milei enfrentará su primera campaña electoral como presidente. Deberá demostrar si puede conciliar su estilo disruptivo con las responsabilidades de la gestión. La pregunta central es si podrá adaptar su estrategia comunicacional, tan efectiva en la oposición, a la realidad de un país que demanda soluciones concretas más allá de los eslóganes y las polémicas virtuales.
El dilema de la política moderna
La experiencia de Milei plantea un dilema fundamental de la política contemporánea: ¿es posible gobernar y hacer campaña al mismo tiempo? ¿O la necesidad de mantener la popularidad y la atención mediática termina eclipsando las responsabilidades de la gestión? El desafío para el presidente es encontrar un equilibrio entre la construcción de su imagen pública y la atención a las demandas de la ciudadanía.