El presidente, con la elocuencia de un economista en un foro de terraplanistas, aseguró que fijó el tuit de la discordia simplemente para demostrar que él mismo lo había escrito y no había sido víctima de hackers interdimensionales. Una explicación que, por su simpleza, roza la genialidad… o la ingenuidad, según a quién le pregunte. ¿Será que el presidente subestimó la capacidad de la internet para detectar una «Rug Pull» más rápido que un vegano en una parrillada?
El «Yo no fui, fue Teté» versión cripto no convenció ni a los más acérrimos defensores del liberalismo extremo. Mientras tanto, la justicia investiga si hubo gato encerrado o solo se trató de un presidente con una fascinación desmedida por las nuevas tecnologías, digno de un jubilado descubriendo Facebook.
Milei afirmó que «solo difundió» la criptomoneda, como quien comparte un meme de gatitos, sin imaginar las consecuencias nucleares de su inocente acto. ¿Acaso nadie le explicó al presidente que un tuit presidencial no es lo mismo que un comentario en un grupo de WhatsApp de amigos?
La defensa presidencial se tambalea entre la teoría del hackeo inexistente y la del desconocimiento absoluto del proyecto. Una tragicomedia digna de un Shakespeare moderno, pero con menos drama y más memes. Para colmo, el retuit casi mesiánico de Dario Epstein sobre $LIBRA volvió a inflar el precio de la criptomoneda… ¿Casualidad? No lo creo, diría el meme.
¿Conclusión? El misterio de la criptomoneda y el tuit fijado sigue en pie. Mientras tanto, el pueblo argentino observa atónito esta novela cripto-presidencial con una mezcla de incredulidad, humor y un poquito de vergüenza ajena.
El «LibraGate»: Milei, la Criptomoneda y la Justificación Presidencial
El presidente Javier Milei se encuentra en el ojo del huracán tras el escándalo desatado por la promoción de la criptomoneda $LIBRA. La polémica estalló luego de que el valor de la moneda digital se desplomara tras un breve período de euforia impulsado por la publicación del presidente en la red social X (anteriormente Twitter). Milei, en un intento por aclarar la situación, afirmó que la fijación del tuit –que luego borró– tenía como único objetivo desmentir rumores de un supuesto hackeo a su cuenta.
Una Defensa Peculiar
La justificación presidencial, sin embargo, ha generado más interrogantes que respuestas. Milei aseguró en una entrevista con TN que no promocionó la criptomoneda, sino que «solo la difundió», desconociendo los detalles del proyecto. «Cuando se hace público el proyecto de $LIBRA, le doy difusión para que aquellos que necesitan aplicar al financiamiento lo puedan hacer», declaró el mandatario. Esta afirmación contrasta con la rapidez con la que publicó el tuit, apenas tres minutos después de la creación de $LIBRA, y con la posterior fijación del mensaje, que permaneció visible en su perfil durante casi seis horas.
La defensa de Milei se basa en que, al percatarse de comentarios negativos y rumores de hackeo, decidió fijar el tuit para demostrar su autoría. «Lo fijé el tuit, para mostrar que fui yo el que había tuiteado», explicó. Posteriormente, al crecer la controversia, borró la publicación, alegando que «ante la duda, me corro».
El Efecto Mariposa de los Retuits Presidenciales
La influencia del presidente en el volátil mundo de las criptomonedas quedó nuevamente en evidencia cuando retuiteó un mensaje de Dario Epstein, Director de Research for Traders, sobre cómo adquirir $LIBRA. Este simple acto provocó un nuevo repunte en el precio de la moneda digital, demostrando el poder que un gesto presidencial puede tener en los mercados, incluso cuando se intenta demostrar lo contrario. Epstein aclaró que su publicación no era una recomendación de compra, sino una demostración de la complejidad de la operación. Sin embargo, el retuit de Milei fue suficiente para generar una nueva ola especulativa. La justicia, por su parte, investiga las denuncias por presunta estafa y la posible conexión del gobierno con el proyecto $LIBRA.