Milei se desliga: la verdad tras el escándalo de valijas.

Redacción Cuyo News
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Zappo te lo cuenta

En el epicentro de la controversia que sacude los pasillos del poder, el presidente Javier Milei se desmarcó con vehemencia del escándalo que involucra diez piezas de equipaje que circularon sin el control habitual en Aeroparque. El mandatario, con un tono categórico que no admite titubeos, rechazó cualquier vínculo personal con los implicados, disipando especulaciones y afirmando que una imagen fotográfica no es sinónimo de amistad.

«El hecho de yo tenga una foto con una persona (por Laura Belén Arrieta, quien llevaba el equipaje) no me hace amigo», sentenció el Presidente. Y con la misma contundencia, añadió: «Pero después que la política te quiera hacer amigo es otra cosa». Una declaración que, sin duda, busca establecer límites claros entre el contacto mediático y las relaciones personales.

discrecionalidad aduanera y el enigma de las valijas

En cuanto a la figura de Leonardo Scatturice, propietario de la aeronave implicada, Milei aseguró: «solo conozco el nombre, porque si pasa por acá no sé quién es». Y en un desafío retórico, propuso: «Serían mas honestos intelectualmente si mostraran la foto completa. Y el criterio es que sos inocente hasta que se demuestre lo contrario». Con estas palabras, el Presidente parece sugerir una manipulación de la información que distorsiona la realidad de los hechos.

Sobre los procedimientos aduaneros, el mandatario fue explícito: «En rigor los controles en Aduana son discrecionales y arbitrarios y los determinan ellos mismos. Los vuelos privados son controlados y tienen la misma lógica de control que los demás, y no tiene nada de irregular que pasen valijas». Esta afirmación, lejos de calmar la efervescencia mediática, podría avivar el debate sobre la transparencia y la uniformidad de los controles fronterizos.

El Presidente, defendiendo la legalidad del equipaje, agregó un dato crucial: «hay un punto que es mejor: ese equipaje venía de EE.UU., donde controlan todo, tenía un control serio. No podría haber salido de EE.UU. algo así (droga y dinero)». Una argumentación que busca blindar la operación ante las acusaciones de irregularidad y, al mismo tiempo, resaltar la eficiencia de los controles extranjeros.

Sin embargo, la controversia se magnificó por la cantidad de «valijas» y la naturaleza de las mismas. «A pesar de todas estas situaciones vale aclarar que no manejamos las cámaras de la Policía de Seguridad Aeroportuaria. Se habla de diez valijas, pero son diez bultos: dos valijas de la chica, dos de la tripulación y dos valijas de otra persona, y cuatro bolsas de compras», explicó Milei, minimizando la magnitud del cargamento y contextualizando la situación. Es importante destacar que «bolsas de compras» no es lo mismo que «valijas», y el Presidente hizo hincapié en la necesidad de precisión en la terminología periodística.

del sumario a la ‘pelotudez’ mediática

Lejos de ignorar la resonancia del escándalo, el Gobierno ha tomado medidas concretas. «Hicimos un sumario e iniciamos una causa penal. Porque buscar una irregularidad es un disparate. Esto es una pelotudez del tamaño de una casa, porque hicieron un collage de fotos para generar una historia falsa», sostuvo el Presidente, empleando un lenguaje que, si bien puede sonar informal, es recurrente en su oratoria pública para describir situaciones que considera absurdas o desproporcionadas.

En otro orden de cosas, en diálogo con Radio El Observador, el Presidente también abordó el criptoescándalo de $LIBRA, un asunto que generó un considerable revuelo en el ámbito financiero y político. «La Oficina Anticorrupción probó que soy inocente. Es obvio que no hay corrupción porque en el medio no hay fondos públicos», afirmó, desestimando cualquier acto de corrupción y apelando a la falta de implicación de fondos estatales como prueba de su inocencia.

En esta misma línea, recordó: «Nosotros creamos una unidad transitoria de investigación para que se recopile información. Estamos todos a disposición de la Justicia, y no tenemos problema». Una reafirmación de la transparencia y la disposición a colaborar con las autoridades judiciales.

«Cuando mirás la situación, no hay fondos del Estado. No hay corrupción, y si es un problema entre privados se arregla entre privados. Puse a disposición todas mis cuentas, y esta causa no es algo que me preocupe», indicó Milei, delineando claramente la separación entre los intereses públicos y los privados, y mostrándose despreocupado por las repercusiones de la causa.

Finalmente, el mandatario precisó que en el proyecto de $LIBRA «no hubo una recomendación. Se informó, se comunicó y lo que comuniqué no fue acerca de ese instrumento sino lo que era la parte para que financiara proyectos de gente vinculada a temas tecnológicos. No había recomendación de compra». Con esta aclaración, Milei busca desvincularse de cualquier imputación de haber incentivado la compra de dicho criptoactivo, cerrando así un capítulo más en su activa agenda mediática.

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