El ocaso de la Auditoría: ¿Un solo auditor para controlar a Milei?
La balcanización de la política argentina, que catapultó a Javier Milei a la presidencia, le ofrece ahora la posibilidad de desmantelar el principal organismo de control de su gestión: la Auditoría General de la Nación (AGN). Con el mandato de tres senadores por vencer el 31 de marzo, y tres diputados con mandatos ya vencidos, la AGN podría quedar en manos de un único integrante designado por el Partido Justicialista. El oficialismo en Diputados ha obstruido la designación de nuevos auditores, exigiendo que La Libertad Avanza (LLA) tenga un representante, lo que rompe el acuerdo previo entre los bloques mayoritarios.
¿Un DNU para blindar a Milei? La sombra de Cavallo
El Gobierno busca dilatar la designación de los auditores en el Senado hasta diciembre, con la esperanza de obtener mayor poder de negociación tras las elecciones de octubre. Esta maniobra despierta el temor de la oposición a que el Ejecutivo utilice un Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) para imponer una AGN unipersonal, un resabio del modelo de Contraloría ideado por Domingo Cavallo para Carlos Menem en 1992. La falta de una ley reglamentaria que blinde el actual sistema colegiado de la AGN, presidido por un miembro de la oposición, deja abierta la puerta a esta posibilidad. Justamente cuando la AGN debe comenzar a auditar la gestión de Milei en 2025.
Lijo, Cristina y Macri: el ajedrez político argentino
Mientras tanto, la interna peronista en el Senado podría facilitar la aprobación del pliego del juez Ariel Lijo, generando un inesperado giro en el escenario judicial. Por otro lado, Mauricio Macri endurece su postura frente a posibles alianzas con LLA, exigiendo un reparto equitativo de cargos y la presencia de la marca PRO en las boletas electorales. Mientras estos movimientos se desarrollan en el tablero político local, una veintena de diputados, junto a empresarios y otros políticos, viajan a Madrid para participar de un seminario sobre democracia e inteligencia artificial, abriendo interrogantes sobre la verdadera naturaleza de este encuentro. Una «excelente cobertura» para negociar acuerdos en las sombras, como diría cualquier buen analista político criollo.
