Juan Manuel Abal Medina, estandarte del peronismo en momentos cruciales de su historia, falleció este domingo a los 80 años. Abogado de profesión y figura central en la organización del retorno de Juan Domingo Perón al país tras 17 años de exilio, Abal Medina dejó una marca indeleble en la política argentina.
Fue secretario general del Movimiento Peronista entre 1972 y 1974, cargo que asumió con tan solo 27 años, evidenciando la confianza que Perón depositaba en su figura. Su rol en el operativo de regreso del líder exiliado fue fundamental, un hito que él mismo relató con detalle en su libro “Conocer a Perón. Destierro y Regreso”.
Un testimonio histórico
En una entrevista brindada a Clarín en 2022, al cumplirse medio siglo del histórico regreso, Abal Medina rememoraba aquel día con la precisión de quien vivió cada instante. “El General estaba absolutamente tranquilo. Perfecto estaba. Comió bien en el vuelo, se fumó su cigarrito”, relataba, pintando un retrato inesperado de Perón en medio de la tensión histórica. Y agregaba, con picardía, que “tenerlo enfrente al General no era para cualquiera”.
La noticia de su fallecimiento fue confirmada el lunes por su hijo homónimo, Juan Manuel Abal Medina, ex jefe de gabinete de Cristina Kirchner y con reciente incursión en la política porteña. "Lamentamos informar que en el día de ayer falleció Juan Manuel Abal Medina padre, sus restos se encuentran desde esta mañana en la bóveda de la familia. Que Dios nuestro Señor lo tenga en su gloria", publicó en su cuenta de X, un mensaje breve que resonó en el ámbito político.
Orígenes y divergencias familiares
La historia de los Abal Medina se entrelaza con los vaivenes de la política argentina. Provenientes de un hogar marcadamente antiperonista, tanto Juan Manuel como su hermano menor, Fernando, eligieron caminos propios que los llevaron a la militancia. Sin embargo, sus derroteros se bifurcaron. Fernando fue uno de los fundadores de Montoneros y se lo señala como ejecutor del general Pedro Eugenio Aramburu. Juan Manuel, en cambio, nunca adhirió a la organización, forjándose en el seno del sindicalismo histórico, bajo la tutela de figuras como José Ignacio Rucci y Lorenzo Miguel.
Abal Medina padre, según propia alegoría, nació a la vida política en 1945, el año fundacional del peronismo. Una vida marcada por la intensidad, los desafíos y los quiebres.
El exilio y el giro profesional
Tras la muerte de Perón y ante el inminente golpe de Estado de 1976, Abal Medina, perseguido y con varios intentos de atentado en su contra, se asiló en la embajada de México. Allí permaneció hasta 1982, en plena Guerra de Malvinas, cuando finalmente obtuvo el salvoconducto para dejar el país.
Se radicó en Ciudad de México, donde, además de incursionar brevemente en la función pública y servir como agente de inteligencia, forjó un camino exitoso en el ámbito privado. Estableció un bufete de abogados que se expandió con oficinas en España y Argentina. Este recorrido lo llevó a convertirse en asesor jurídico de Carlos Slim, uno de los hombres más ricos del mundo, colaborando también en sus inversiones en Argentina.
A pesar de sus lazos con el kirchnerismo, Abal Medina declinó en 2007 la invitación de Néstor Kirchner para sumarse al gabinete de Cristina Fernández, esgrimiendo problemas de salud. Aunque mantuvo un vínculo con el espacio.
En aquella entrevista con Clarín, al ser consultado sobre por qué Perón no logró disciplinar a Montoneros una vez en el país, Abal Medina ofrecía una perspectiva sobre la complejidad de aquellos años: "Porque hubo muchas situaciones desgraciadas como la unidad de Montoneros con las FAR, grupo de cuadros políticos más formados. Montoneros era un grupo de muchachos cristianos politizados. Las FAR eran cuadros marxistas con muy buena formación militar… Y no entrenaban nada. Ahí fue cuando llegó el proceso de radicalización ideológica de Montoneros." Un análisis que arroja luz sobre los intrincados vínculos y las tensiones ideológicas que marcaron una época.
