Lijo y García-Mansilla en la cuerda floja: El Senado define su futuro en la Corte
La designación por decreto de Ariel Lijo y Manuel García-Mansilla como ministros de la Corte Suprema de Justicia por parte de Javier Milei ha generado una fuerte controversia en el Senado. El oficialismo, liderado por la bancada de Unión por la Patria, busca rechazar ambos pliegos, mientras que algunos gobernadores peronistas intentan salvar, al menos, la nominación de Lijo.
La presidenta de la Cámara de Senadores, Victoria Villarruel, aún no ha convocado a la sesión para tratar los pliegos, a la espera de instrucciones de la Casa Rosada. Esta demora se interpreta como una jugada arriesgada, aunque en el oficialismo aseguran que, al estar en sesiones ordinarias, los senadores podrían sesionar sin necesidad de una convocatoria formal de la vicepresidenta. Sin embargo, esta interpretación es cuestionada por otros sectores políticos.
Disputa interpretativa y presiones cruzadas
El oficialismo argumenta que la Constitución exige que la sesión para tratar los pliegos de la Corte sea convocada específicamente por la vicepresidenta. La respuesta de un referente del bloque de Unión por la Patria a esta interpretación fue, cuanto menos, contundente: “Las pelotas”. Este intercambio da cuenta de la tensión y la disputa política que rodea el tema.
Mientras tanto, desde la oposición se sugiere al Poder Ejecutivo que retire los pliegos para evitar una derrota en el recinto. Algunos senadores radicales advierten que un rechazo de los pliegos, especialmente en el contexto de la reprogramación de la deuda con el FMI, sería un «papelón» para el gobierno.
Compromisos y votos en juego
Si bien en Unión por la Patria la intención es rechazar ambos pliegos, existen dudas con respecto a Lijo debido a compromisos previos de algunos senadores con el juez. La argumentación es que esos compromisos eran para la firma del pliego y el apoyo en la votación, pero que la designación por decreto de Milei cambió el panorama. En cualquier caso, se estima que el rechazo al pliego de García-Mansilla obtendría un mayor número de votos en contra.
