Lo más jugoso del asunto es que, mientras el país se desarmaba como rompecabezas mal armado, Alberto se dedicaba a otros menesteres… menos presidenciales. Ahora, el ex presidente que alguna vez se paseó por los pasillos de la Casa Rosada con aires de estadista, tiene que pedirle permiso al juez hasta para ir a la esquina a comprar el pan. ¡De la Rosada al banquillo de los acusados! Una parábola tan argentina como el dulce de leche.
Pero no todo es drama en esta tragicomedia judicial. Le levantaron la prohibición de salir del país. ¡Sí, leyeron bien! Podrá recorrer el mundo…siempre y cuando le diga al juez a dónde va, cuándo vuelve y si piensa traer algún souvenir. Casi como un viaje de egresados, pero con menos alcohol (esperemos) y más vigilancia. ¿Será que ahora se convertirá en un influencer de viajes con tobillera electrónica? ¡El futuro es hoy, ah re!
Alberto Fernández procesado por violencia de género
El juez federal Julián Ercolini procesó al expresidente Alberto Fernández por violencia de género contra Fabiola Yañez. La decisión se basa en la denuncia penal realizada por Yañez y en las pruebas recolectadas durante la investigación. Fernández fue encontrado responsable de dos hechos de lesiones leves y un hecho de lesiones graves, agravado por el vínculo, abuso de poder y amenazas coactivas.
Libertad condicional y prohibición de acercamiento
Si bien se levantó la prohibición de salida del país que pesaba sobre Fernández, el juez le impuso la obligación de informar detalladamente sus viajes, incluyendo destinos, duración y fechas de regreso. Además, se mantiene la prohibición de acercamiento a Yañez en un radio de 500 metros. Esta medida busca proteger a la víctima y garantizar su seguridad.
Un caso con penas de hasta 18 años de prisión
Los delitos por los que se procesó a Fernández prevén una pena de entre 3 y 18 años de prisión. El juez Ercolini consideró que existió una «relación asimétrica de poder» entre Fernández y Yañez, lo que agravó las conductas violentas. La resolución judicial de 184 páginas detalla las pruebas que sustentan la acusación, incluyendo mensajes de WhatsApp, pericias psicológicas y el testimonio de la víctima. El caso continúa su curso y se espera que en las próximas etapas se defina la fecha del juicio oral.