Argentina moderniza su Ley de Tránsito con la eliminación de las fechas de vencimiento para las licencias de conducir (sujetas a controles médicos periódicos), la desregulación de la Revisión Técnica Obligatoria (RTO), la implementación de peajes automáticos sin barreras y la apertura a la importación de vehículos y la circulación de bitrenes.
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El Gobierno, en un arranque de «modernización» que nos tiene a todos con los pelos de punta (los que tienen, claro), decidió que la Ley de Tránsito necesitaba un empujon. Y qué mejor manera de hacerlo que con un decreto que parece escrito por un algoritmo después de tomarse tres lattes y media docena de medialunas. Lo primero que se les ocurrió fue eliminar las fechas de vencimiento de las licencias de conducir. O sea, ahora la licencia dura hasta que la parca te lleve o hasta que un médico te diga que manejás peor que un cangrejo con Parkinson. Y como si fuera poco, liberaron la RTO, así que ahora el taller de Don Carmelo, el que te arregla el escape con alambre y cinta aisladora, también te puede dar el OK para circular. Imaginen el nivel de seguridad vial que se viene, muchachos. Prepárense para esquivar autos que se desintegran en movimiento y conductores que confunden el volante con un joystick de PlayStation. Lo de los peajes automáticos sin barreras, en teoría, suena lindo. Pero conociendo la idiosincrasia argenta, ya me veo venir la fila de autos frenados a último momento. Y ni hablar de la apertura a la importación de vehículos. ¿Se imaginan las calles inundadas de autos tuneados con luces de neón y alerones que parecen alas delta? Va a ser como una rave rodante, pero con más bocinazos y menos música electrónica. Porque con esta reforma, manejar en Argentina va a ser una experiencia digna de un reality show de supervivencia.
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