Sesión Fallida en el Senado: Un Revés para el Oficialismo
La sesión preparatoria del Senado, prevista para ultimar detalles antes del inicio de las sesiones ordinarias, se frustró por falta de quórum. Este traspié legislativo para el oficialismo se produjo a pocos días de la inauguración de las sesiones ordinarias, prevista para el sábado con la presencia de Javier Milei.
La ausencia del bloque kirchnerista, compuesto por 34 senadores, sumada a la inesperada falta de los dos senadores de Santa Cruz, José María Carambia y Natalia Gadano, impidió alcanzar el número necesario para dar inicio a la sesión. La expectativa del oficialismo se centraba en la posible adhesión de los legisladores santacruceños, quienes en ocasiones anteriores habían votado en sintonía con el gobierno. Sin embargo, su falta de presencia, junto con la del bloque kirchnerista, selló el destino de la sesión.
Las Consecuencias de la Ausencia
La falta de quórum no solo impidió la designación de nuevas autoridades, sino que también postergó la conformación de las comisiones. De esta manera, se extiende el mandato de las autoridades actuales, incluyendo la presidencia provisional a cargo del senador puntano Bartolomé Abdala. Si bien la presencia de legisladores del PRO, la UCR y los renovadores misioneros, junto con La Libertad Avanza, demostraba una intención de avanzar con la sesión, la ausencia de los senadores santacruceños resultó determinante. La incertidumbre generada por la postura de Carambia y Gadano en la semana previa a la sesión, se convirtió en un factor clave en la negociación.
Cambios Frustrados en la Secretaría Administrativa
Entre los cambios previstos en la sesión fallida, se encontraba la sustitución de la secretaria administrativa, María Laura Izzo, quien había anunciado su salida tiempo atrás. La reemplazaría Emilio Viramonte, una figura cercana a la vicepresidenta. Versiones indican que la relación entre Izzo y la vicepresidenta Villarruel se habría deteriorado luego de conflictos gremiales y despidos. La renuncia de Claudia Rucci a la secretaría de Derechos Humanos en enero, sumada a la intención de Villarruel de designar a Viramonte, sugiere una posible reorganización interna en el Senado.
