El peronismo bonaerense y el silencio ante el juicio a Espinoza
El intendente de La Matanza, Fernando Espinoza, enfrentará un juicio oral y público por abuso sexual. Sin embargo, la noticia ha sido recibida con un silencio casi absoluto por parte del peronismo bonaerense, desde el gobernador Axel Kicillof hasta la mayoría de los intendentes y referentes del partido. Esta postura de cautela, o incluso de respaldo implícito, genera controversia y plantea interrogantes sobre los motivos detrás de la falta de pronunciamientos.
Kicillof y la estrategia de la autonomía
La cercanía de Kicillof con Espinoza y su vicegobernadora, Verónica Magario, es un factor clave para entender el silencio del gobernador. El peronismo «matancero» representa un pilar fundamental en la búsqueda de autonomía de Kicillof respecto al kirchnerismo, especialmente de Cristina Fernández de Kirchner. Este apoyo se traduce en un sólido respaldo electoral y en la posibilidad de influir en el diseño del esquema electoral provincial. La presencia de Kicillof en un acto junto a Espinoza luego de conocerse su procesamiento, refuerza la idea de una alianza política que prioriza la estrategia por sobre la cuestión judicial.
Voces disonantes y la interna peronista
La única crítica contundente dentro del peronismo provino de Patricia Cubría, esposa de Emilio Pérsico y rival interna de Espinoza en La Matanza. Cubría cuestionó la falta de coherencia y la necesidad de que Espinoza se haga responsable de sus acciones. Su postura, sin embargo, se ve teñida por la disputa política dentro del distrito. En el resto del peronismo, el silencio es la regla, incluso en La Cámpora, donde se argumenta que se esperará el pronunciamiento de la Justicia. La «liga de intendentes» del conurbano, por su parte, mantiene su tradicional política de no intervención en asuntos internos de otros distritos. La reelección de Espinoza como presidente de la Federación Argentina de Municipios, a pesar del procesamiento, evidencia la solidaridad corporativa que prevalece en el sector.
