La inminente conmemoración del Día de la Independencia en Tucumán, bajo la égida presidencial de Javier Milei, se perfila como un evento marcado por una notoria ausencia de los principales referentes provinciales. Se anticipa que la mayoría de los gobernadores declinará la invitación a la vigilia programada para la noche del martes, en vísperas del acto central del 9 de Julio.
Apenas un selecto grupo de mandatarios provinciales ha confirmado su asistencia, sumándose al anfitrión Osvaldo Jaldo de Tucumán. Entre los confirmados figuran Gustavo Sáenz de Salta, Raúl Jalil de Catamarca y Hugo Passalacqua de Misiones. El resto, abarcando tanto al peronismo como a exmiembros de Juntos por el Cambio, se ha desmarcado de la convocatoria, evaluando su adhesión o bien designando a sus vicegobernadores para representarlos.
La magnitud de esta ausencia projected es significativa: las estimaciones más optimistas prevén una decena de gobernadores presentes, mientras que las más conservadoras no superan los cinco, o incluso los cuatro ya mencionados. Esta cifra contrasta drásticamente con la casi perfecta asistencia registrada el año pasado, cuando el presidente Milei convocó a los jefes provinciales para la firma del denominado Pacto de Mayo.
La renuencia de los gobernadores a participar se ancla en las persistentes diferencias que existen entre las provincias y la Casa Rosada en torno a la distribución de fondos. Este conflicto escaló con la presentación de dos proyectos de ley por parte de las 23 provincias, incluida la Ciudad de Buenos Aires, que reclaman mayores recursos que el Gobierno se niega a transferir.
El faltazo masivo ha generado inquietud entre los propios gobernadores, tanto en el chat que comparten como en conversaciones privadas. «Ya no puedo cancelar porque confirmé. Qué voy a hacer sólo ahí yo. Estas cosas deberíamos haberlas coordinado entre otros, no cada uno por su cuenta», manifestó, con notorio fastidio, un gobernador que mantiene una relación cercana con la Casa Rosada.
Quiénes optan por la ausencia en tucumán
El listado de gobernadores que no estarán presentes en Tucumán el 9 de Julio incluye a una decena de figuras que, o bien responden al peronismo, o integran la oposición afín al gobierno de Javier Milei.
Axel Kicillof, gobernador de la provincia de Buenos Aires, ha ratificado su ausencia, enmarcada en una confrontación ideológica y política con el presidente Milei. La tensión se ha intensificado a raíz de las duras críticas del primer mandatario hacia la gestión bonaerense de Kicillof, especialmente por su pasado como funcionario del Ministerio de Economía de Cristina Kirchner, cuando se decidió la estatización de YPF en 2012, un hecho que desencadenó un juicio millonario en la Justicia estadounidense y un fallo adverso que compromete acciones de la compañía.
Tampoco asistirá Jorge Macri, jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, a pesar de la buena sintonía del PRO con la Casa Rosada. La relación entre ambos se tensó tras las previas a las elecciones porteñas y un notorio desplante del presidente en el último Tedéum en la Catedral, donde le negó el saludo. La vicejefa Clara Muzzio tampoco concurrirá.
Entre las provincias de mayor peso demográfico, se destaca la ausencia del gobernador de Santa Fe, Maximiliano Pullaro, quien se encuentra en viaje oficial en Washington; su segunda, Gisela Scaglia, tampoco estará. Los dos gobernadores del PRO, Ignacio Torres de Chubut y Rogelio Frigerio de Entre Ríos, confirmaron su no asistencia. Aunque no oficializado, se prevé que Marcelo Orrego de San Juan y Claudio Poggi de San Luis, ambos surgidos de Juntos por el Cambio, tampoco asistan.
Alfredo Cornejo, representante de los gobernadores en el Consejo de Mayo, tampoco estaría presente en la cita. «Nos invitaron, pero no tenemos avión propio ni vuelo directo para ir», explican fuentes del gobierno mendocino, que además señalan que el 9 de Julio ya tienen «el toque de diana y el desfile militar ya organizado y convocado desde hace un mes». La logística y la falta de conexiones aéreas directas, según funcionarios provinciales, son factores determinantes en la decisión de no viajar.
En la misma línea, el chaqueño Leandro Zdero, si bien es un aliado electoral de Milei, no viajaría a Tucumán. Otro radical que ha confirmado su ausencia es Gustavo Valdés de Corrientes, quien recientemente frustró un acuerdo electoral con el Gobierno de cara a las próximas elecciones en las que se definirá a su sucesor. El jujeño Carlos Sadir tampoco estará.
Desde el peronismo, además de Kicillof, se registran las predecibles negativas de Sergio Ziliotto de La Pampa y Gustavo Melella de Tierra del Fuego, ambos en abierta confrontación con el Gobierno. «Nunca Nación en este tiempo cumplió los compromisos con La Pampa. Por qué iría ahora, sólo para una foto», expresan voceros pampeanos. Tampoco participará el gobernador de Formosa, Gildo Insfrán, un referente ultraliberal que impulsa una reforma constitucional para extender su mandato ininterrumpido desde 1995.
En el grupo de gobernadores de movimientos provinciales que aún no han anunciado públicamente su decisión se encuentran Alberto Weretilneck (Río Negro), Rolando Figueroa (Neuquén) y Claudio Vidal (Santa Cruz). La presencia del gobernador cordobés Martín Llaryora también permanece sin confirmación.
El conflicto de fondo por los recursos
La marcada ausencia de los gobernadores en el acto de Tucumán se enmarca en la creciente tensión generada por la presentación de dos proyectos de ley que exigen una mayor participación de las provincias en la distribución de fondos. Dichos proyectos contemplan modificaciones en el cálculo de los Aportes del Tesoro Nacional (ATN) y en el impuesto a los combustibles líquidos.
Un sector de los gobernadores impulsa firmemente el avance de esta agenda legislativa, mientras que los más dialoguistas mantienen cautela, abocados a la búsqueda de un acuerdo electoral con La Libertad Avanza (LLA). No obstante, todos los mandatarios firmaron las iniciativas tras una reunión celebrada hace dos semanas con representantes del Ministerio de Economía y la Jefatura de Gabinete.
«No podemos poner en riesgo la gobernabilidad y romper relaciones con el Gobierno», trascendió que plantearon algunos jefes provinciales a Clarín, en relación con la necesidad de preservar la estabilidad institucional. Los proyectos que proponen coparticipar recursos que actualmente son manejados discrecionalmente por el Poder Ejecutivo carecen aún de dictamen de comisión. El reglamento del Senado exige este requisito para que una iniciativa sea tratada en el recinto; de lo contrario, se requeriría el voto de dos tercios de los senadores presentes para habilitar el debate sobre tablas.