En medio de una sesión cargada de tensión política, se confirmó un nuevo incremento en las dietas de los senadores nacionales. A partir de noviembre de 2025, los haberes de los integrantes de la Cámara alta superarán los $10,2 millones en bruto, en línea con la paritaria acordada para los empleados del Congreso.
El mecanismo del aumento
El sistema vigente fue aprobado en abril de 2024 por oficialismo y oposición. Desde entonces, las dietas de los senadores se calculan en base a 2.500 módulos correspondientes al salario de los agentes legislativos, más 1.000 módulos por gastos de representación y 500 por desarraigo. En total, 4.000 módulos. El último ajuste elevó el valor de cada módulo a $2.554, lo que explica el salto salarial.
Además, los legisladores se habían otorgado una dieta adicional en 2024 para “compensar” el aguinaldo, con la excepción de Alicia Kirchner, quien prefirió mantener su jubilación.
El debate político
El aumento ya generó reacciones encontradas dentro del Congreso. Desde bloques de La Libertad Avanza, el PRO y la UCR, algunos senadores optaron por rechazar el incremento. En tanto, la mayoría del Frente de Todos no renunció al beneficio. La vicepresidenta y titular de la Cámara alta, Victoria Villarruel, firmó una resolución invitando a cada senador a notificar por escrito si desea o no adecuar su dieta.
La medida fue cuestionada públicamente por el presidente Javier Milei, quien calificó la decisión como “escupirle en la cara a los argentinos”. La discusión promete continuar, en un contexto económico marcado por la inflación y el ajuste.
La paritaria y los gremios
El acuerdo salarial de los trabajadores del Congreso contempla incrementos del 1,3% con bonos de $25.000 en junio, julio y agosto, y del 1,2% con bonos de $20.000 en septiembre, octubre y noviembre. En total, un acumulado del 7,52%. Como las dietas de los legisladores están atadas a esos módulos, el aumento se trasladó automáticamente.
La situación refuerza el poder del gremio Asociación del Personal Legislativo (APL), encabezado por Norberto Di Próspero, reelecto recientemente en un proceso que lo consolida como actor clave en las negociaciones salariales del Congreso.
Los senadores nacionales volverán a recibir un aumento salarial: desde noviembre, sus dietas superarán los $10,2 millones en bruto. El incremento se debe a la paritaria de los empleados del Congreso, con la que están atados desde 2024. El ajuste generó críticas y reabre el debate sobre los privilegios de la política frente a la crisis económica.
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Contenido humorístico generado por inteligencia artificial
En medio de una sesión cargada de tensión política, se confirmó un nuevo incremento en las dietas de los senadores nacionales. A partir de noviembre de 2025, los haberes de los integrantes de la Cámara alta superarán los $10,2 millones en bruto, en línea con la paritaria acordada para los empleados del Congreso.
El mecanismo del aumento
El sistema vigente fue aprobado en abril de 2024 por oficialismo y oposición. Desde entonces, las dietas de los senadores se calculan en base a 2.500 módulos correspondientes al salario de los agentes legislativos, más 1.000 módulos por gastos de representación y 500 por desarraigo. En total, 4.000 módulos. El último ajuste elevó el valor de cada módulo a $2.554, lo que explica el salto salarial.
Además, los legisladores se habían otorgado una dieta adicional en 2024 para “compensar” el aguinaldo, con la excepción de Alicia Kirchner, quien prefirió mantener su jubilación.
El debate político
El aumento ya generó reacciones encontradas dentro del Congreso. Desde bloques de La Libertad Avanza, el PRO y la UCR, algunos senadores optaron por rechazar el incremento. En tanto, la mayoría del Frente de Todos no renunció al beneficio. La vicepresidenta y titular de la Cámara alta, Victoria Villarruel, firmó una resolución invitando a cada senador a notificar por escrito si desea o no adecuar su dieta.
La medida fue cuestionada públicamente por el presidente Javier Milei, quien calificó la decisión como “escupirle en la cara a los argentinos”. La discusión promete continuar, en un contexto económico marcado por la inflación y el ajuste.
La paritaria y los gremios
El acuerdo salarial de los trabajadores del Congreso contempla incrementos del 1,3% con bonos de $25.000 en junio, julio y agosto, y del 1,2% con bonos de $20.000 en septiembre, octubre y noviembre. En total, un acumulado del 7,52%. Como las dietas de los legisladores están atadas a esos módulos, el aumento se trasladó automáticamente.
La situación refuerza el poder del gremio Asociación del Personal Legislativo (APL), encabezado por Norberto Di Próspero, reelecto recientemente en un proceso que lo consolida como actor clave en las negociaciones salariales del Congreso.