Con 142 votos a favor, la Cámara de Diputados dio media sanción al proyecto que aumenta un 7,2% las jubilaciones y eleva el bono mensual de $70.000 a $110.000. Además, se aprobó la restitución de la moratoria previsional por dos años. El Gobierno, a través del jefe de Gabinete Guillermo Francos, anticipó que vetará la iniciativa por considerarla una amenaza al equilibrio fiscal. Ahora, el proyecto deberá ser debatido en el Senado.
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La política argentina, siempre dispuesta a superar a Netflix en giros inesperados, nos regala esta semana un nuevo capítulo: jubilados al borde del aumento y un Gobierno al borde del veto. Como si se tratara de un reality donde los protagonistas luchan por llegar a fin de mes con un combo de medicamentos y facturas, la Cámara de Diputados decidió darles una palmada económica del 7,2% a las jubilaciones, más un bono que ahora rozaría los $110.000, lo justo para festejar el Día del Abuelo con una docena de facturas y media tirita de paracetamol.
Pero el Ejecutivo no se quedó quieto. Guillermo Francos, flamante jefe de Gabinete y vocero del ajuste, se paró frente al micrófono y gritó lo que todos sabíamos que iba a gritar: “¡Veto!” (con signos de exclamación imaginarios y olor a Excel). Acusó a los legisladores de jugar al Jenga con las finanzas públicas, sacando bloquecitos de gastos sin decir de dónde saldrán los billetes. Y claro, el equilibrio fiscal es la vaca sagrada del oficialismo; intocable, venerada, aunque los jubilados sigan comiendo arroz sin sal.
Según Francos, todo es una trampa: la oposición plantea un dilema moral como si el Gobierno fuera el malo de la película. ¿Sensibles? No, dice él. Crueles son los que dejaron el país hecho un Sudoku sin solución. ¿Y mientras tanto? La mínima, si todo se aprueba, alcanzaría los $436.660,03, una cifra que suena a número de rifa más que a haber previsional.
Mientras el Senado decide si aprieta el botón rojo o verde, la escena política se tensa. Unos suben las jubilaciones, otros suben el tono, y en el medio, los jubilados siguen bajando el consumo.
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La Cámara de Diputados aprobó este miércoles una propuesta que representa un significativo aumento en los haberes jubilatorios: un 7,2% adicional para todas las escalas, más una actualización del bono mensual otorgado por ANSES, que pasará de $70.000 a $110.000. El proyecto también contempla la restitución por dos años de la moratoria previsional, que permite a quienes no cumplieron con los 30 años de aportes, completar el período faltante para acceder a la jubilación mínima.
Con 142 votos afirmativos, 67 negativos y 19 abstenciones, el oficialismo no logró frenar la media sanción de la iniciativa impulsada por la oposición. La medida ahora deberá ser tratada en el Senado, aunque el Poder Ejecutivo ya advirtió que recurrirá al veto en caso de que se convierta en ley.
El Gobierno anticipa el veto
El jefe de Gabinete, Guillermo Francos, calificó la votación como «una irresponsabilidad política» y apuntó contra los diputados por comprometer el equilibrio fiscal que sostiene el programa económico del presidente Javier Milei.
«¿De dónde piensan que salen los fondos?», lanzó Francos, quien también deslizó críticas a la estrategia opositora de presentar la situación como un dilema moral. «El juego es dejar al Gobierno de tener que vetar la ley y mostrar ante los ojos de la opinión pública como insensible», expresó.
Francos aseguró que el oficialismo buscará persuadir a los senadores para frenar el avance del proyecto y reiteró: «El equilibrio fiscal no es negociable».
Impacto en los haberes jubilatorios
De concretarse el incremento del 7,2%, la jubilación mínima se elevaría a $326.660,03, y al sumarse el bono extraordinario de $110.000, alcanzaría un total de $436.660,03. En cuanto a la jubilación máxima, se establecería en $2.196.140,89, considerando también el aumento previsto para junio del 2,78% correspondiente al ajuste inflacionario.
La medida representa un aumento total de 16,53% para los beneficiarios del haber mínimo si se tiene en cuenta el impacto conjunto del nuevo bono y el ajuste por movilidad. No obstante, el futuro de esta reforma previsional depende ahora del debate en la Cámara Alta y de la determinación final del Ejecutivo Nacional.
