El expresidente brasileño Jair Bolsonaro fue condenado por el Supremo Tribunal Federal (STF) a 27 años y tres meses de cárcel por delitos vinculados a una conspiración golpista tras perder las elecciones de 2022 frente a Luiz Inácio Lula da Silva.
La sentencia fue confirmada por cuatro de los cinco jueces de la Corte, que consideraron a Bolsonaro como líder de una organización criminal destinada a socavar el orden democrático. La acusación también incluyó a exministros y jefes militares, señalados por planear la abolición del Estado de derecho, un golpe de Estado y daños al patrimonio público.
Según la Fiscalía General, la conspiración comenzó en junio de 2021 con una campaña de descrédito contra el sistema electoral, dirigida por Bolsonaro. El plan habría avanzado incluso hasta incluir un proyecto de asesinato contra Lula, aunque no prosperó por falta de apoyo militar.
Actualmente en arresto domiciliario, Bolsonaro no participó de las audiencias alegando problemas de salud. El magistrado Alexandre de Moraes sostuvo que Brasil estuvo «a un paso de volver a una dictadura».
La sociedad brasileña se muestra dividida: mientras parte celebra la condena como un triunfo de la democracia, otro sector la califica de persecución política. El futuro electoral también se sacude: Bolsonaro, a pesar de estar inhabilitado, mantiene la intención de competir en 2026, aunque su condena podría abrir la disputa interna en la derecha.
El Supremo Tribunal Federal de Brasil condenó al expresidente Jair Bolsonaro a 27 años y tres meses de cárcel por conspirar contra la democracia tras su derrota electoral frente a Lula da Silva en 2022. Fue hallado culpable de liderar una organización criminal que intentó un golpe de Estado.
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El expresidente brasileño Jair Bolsonaro fue condenado por el Supremo Tribunal Federal (STF) a 27 años y tres meses de cárcel por delitos vinculados a una conspiración golpista tras perder las elecciones de 2022 frente a Luiz Inácio Lula da Silva.
La sentencia fue confirmada por cuatro de los cinco jueces de la Corte, que consideraron a Bolsonaro como líder de una organización criminal destinada a socavar el orden democrático. La acusación también incluyó a exministros y jefes militares, señalados por planear la abolición del Estado de derecho, un golpe de Estado y daños al patrimonio público.
Según la Fiscalía General, la conspiración comenzó en junio de 2021 con una campaña de descrédito contra el sistema electoral, dirigida por Bolsonaro. El plan habría avanzado incluso hasta incluir un proyecto de asesinato contra Lula, aunque no prosperó por falta de apoyo militar.
Actualmente en arresto domiciliario, Bolsonaro no participó de las audiencias alegando problemas de salud. El magistrado Alexandre de Moraes sostuvo que Brasil estuvo «a un paso de volver a una dictadura».
La sociedad brasileña se muestra dividida: mientras parte celebra la condena como un triunfo de la democracia, otro sector la califica de persecución política. El futuro electoral también se sacude: Bolsonaro, a pesar de estar inhabilitado, mantiene la intención de competir en 2026, aunque su condena podría abrir la disputa interna en la derecha.