Peritajes revelan inconsistencias clave en la causa Cuadernos de Centeno: más de 1.500 tachaduras y manos ajenas

Redacción Cuyo News
7 min

Finalmente se conocieron las pericias oficiales y de las defensas sobre los cuadernos del chofer Oscar Centeno, pieza central de la causa que impulsó el fallecido juez Claudio Bonadio y el fiscal Carlos Stornelli contra la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner. Los resultados ratifican que si bien la letra pertenece a Centeno, las alteraciones en los documentos son profundas, numerosas y —en muchos casos— realizadas por otras personas.

Más de 1.500 cambios y múltiples autores

La Gendarmería y la Policía Federal entregaron informes de más de 300 páginas. Coinciden en un punto clave: los ocho cuadernos contienen más de 1.500 correcciones, entre tachaduras, enmiendas, cambios de nombres y direcciones, muchos de ellos vinculados a empresarios y fechas clave del expediente. Los informes afirman que varias de estas alteraciones fueron realizadas por manos diferentes a las de Centeno.

Según detallaron peritos de la defensa, «los documentos están adulterados y contienen trazos de más de un autor». La Policía Federal agregó que hay uso de líquido corrector, modificaciones en palabras y números, e incluso hojas faltantes.

Dos etapas bien diferenciadas

Las pericias también señalan una diferencia sustancial entre los primeros seis cuadernos y los últimos dos. Los iniciales eran anotaciones de tipo laboral, registros propios de un chofer sobre recorridos diarios. En cambio, los últimos cuadernos mencionan bolsos con dinero, cifras en dólares y detalles de entregas, en un lenguaje que —según un estudio de la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA— no se corresponde con el que solía usar Centeno. Todo indica que esos textos habrían sido dictados.

Algunas de las modificaciones más graves incluyen el cambio de nombres propios, como la sustitución de «Marcelo» por «Armando», en una aparente maniobra para involucrar al empresario Armando Loson. También se alteraron direcciones y fechas, incluso vinculando a personas como Gerardo Ferreyra, titular de Electroingeniería.

Una prueba cada vez más cuestionada

El hallazgo más llamativo es que las tachaduras no estaban solo en las fotocopias, sino que ya figuraban en los cuadernos originales. Además, los cuadernos reaparecieron sorpresivamente poco antes de una elección, pese a que Centeno y su allegado, el policía Jorge Bacigaluppo, habían declarado que fueron quemados en una parrilla.

La causa Cuadernos derivó en la detención de múltiples empresarios, a quienes se les ofreció regresar a sus casas si declaraban en contra de CFK. El propio Stornelli dijo públicamente que «hay pocas sortijas», en referencia a la posibilidad de acogerse al régimen del arrepentido.

Uno de los puntos que alimentó las dudas fue el testimonio del encargado del edificio de la calle Uruguay, donde supuestamente se entregaba el dinero. Afirmó que CFK no vivía allí desde 2003 hasta 2016, periodo en el que residía en Olivos. Aun así, la expresidenta fue ubicada como principal acusada.

En contraste, el fallecido Daniel Muñoz, exsecretario de los Kirchner, sí fue hallado con cuentas en Andorra y propiedades en el exterior. Sin embargo, la fiabilidad de los cuadernos, como prueba, se encuentra cada vez más en entredicho.

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