
El gobernador Marcelo Orrego participó este domingo 21 de diciembre de la misa de Acción de Gracias por la Navidad, celebrada en el exterior de la Catedral San Juan Bautista. La ceremonia religiosa, que congregó a autoridades provinciales, municipales y a una numerosa concurrencia de fieles, fue presidida por monseñor Jorge Lozano.
Durante su homilía, monseñor Lozano propuso una profunda reflexión sobre las ausencias y los vacíos, elementos recurrentes en la mesa navideña y en el ámbito personal. «La imagen de la silla vacía en la mesa navideña nos habla de las ausencias: de quienes partieron, de los que están lejos, enfermos, presos o distanciados, y de los silencios que nos confrontan con el misterio de la vida, la memoria y el anhelo de compartir», señaló.
El prelado amplió su pensamiento, destacando la existencia de un «vacío, el interior, ese hueco que no se llena con cosas y que expresa nostalgia y deseos postergados; un espacio donde emergen preguntas profundas sobre quién y qué ocupa realmente nuestro corazón». Finalmente, ofreció un mensaje de esperanza: «La Buena Noticia es que Jesús viene a habitar esos vacíos y también el lugar del excluido: se sienta en la silla vacía, consuela, acompaña y nos invita a abrir la mesa y el corazón para que cada ausencia se transforme en encuentro, esperanza y amor».
El Belén Viviente: un hogar de luz inclusivo
Al finalizar la ceremonia religiosa, se presentó el tradicional «Belén Viviente», una representación que este año llevó por nombre «Hogar de Luz». Esta denominación simbólica remite al sentido que la Catedral tuvo durante todo el Año Jubilar, concebida como un espacio de acogida para todos.
La propuesta, desarrollada en conjunto con la Dirección de Cultura de la Municipalidad de la Ciudad de San Juan, se caracterizó por su enfoque inclusivo. Participaron diversas instituciones, como el Ballet Estable Municipal «Sembrando Ilusiones», integrado por 53 jóvenes con discapacidad. También se sumó el Coro de Vientos, conformado por adultos mayores bajo la dirección de Adriana Ay, que proporcionó el acompañamiento musical.
Además, participaron academias infantiles, grupos de adolescentes, una academia de adultos mayores de UPCN y la academia Alma Cuyana con los niños más pequeños. Por primera vez, el grupo «La Gracia de Dios», de la Catedral y compuesto por personas sordas, realizó una intervención artística junto a la pastoral artística de la institución, enriqueciendo la propuesta con su participación.
La dinámica del «Belén Viviente» permitió a los asistentes recorrer los distintos momentos del pesebre a través de una combinación de escenas, expresiones artísticas e intervenciones musicales. En total, alrededor de 150 artistas dieron vida a esta representación, que no solo puso en valor la tradición, sino que también celebró la inclusión, la diversidad y el trabajo comunitario.
El gobernador Marcelo Orrego asistió a la misa de Acción de Gracias navideña en la Catedral San Juan Bautista, presidida por monseñor Jorge Lozano. Durante la homilía, se abordó la temática de las ausencias y los vacíos existenciales, y la llegada de Jesús como consuelo. Posteriormente, se presentó el 'Belén Viviente', una puesta artística inclusiva bajo el nombre 'Hogar de Luz', que contó con la participación de 150 artistas de diversas instituciones, destacando la representación del Ballet Estable Municipal 'Sembrando Ilusiones' y el Coro de Vientos.
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Después, el tradicional «Belén Viviente», esta vez rebautizado como «Hogar de Luz». Una puesta en escena con 150 almas, incluyendo un ballet municipal «sembrando ilusiones» (¡con la que está cayendo!) y un coro de «Vientos» (¿serán del Espíritu Santo o de la pampa húmeda?). Inclusión a tope, mientras el país se pregunta si la luz del pesebre ilumina también la economía familiar. Una conmovedora muestra comunitaria, donde la esperanza no es solo un concepto litúrgico.
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El gobernador Marcelo Orrego participó este domingo 21 de diciembre de la misa de Acción de Gracias por la Navidad, celebrada en el exterior de la Catedral San Juan Bautista. La ceremonia religiosa, que congregó a autoridades provinciales, municipales y a una numerosa concurrencia de fieles, fue presidida por monseñor Jorge Lozano.
Durante su homilía, monseñor Lozano propuso una profunda reflexión sobre las ausencias y los vacíos, elementos recurrentes en la mesa navideña y en el ámbito personal. «La imagen de la silla vacía en la mesa navideña nos habla de las ausencias: de quienes partieron, de los que están lejos, enfermos, presos o distanciados, y de los silencios que nos confrontan con el misterio de la vida, la memoria y el anhelo de compartir», señaló.
El prelado amplió su pensamiento, destacando la existencia de un «vacío, el interior, ese hueco que no se llena con cosas y que expresa nostalgia y deseos postergados; un espacio donde emergen preguntas profundas sobre quién y qué ocupa realmente nuestro corazón». Finalmente, ofreció un mensaje de esperanza: «La Buena Noticia es que Jesús viene a habitar esos vacíos y también el lugar del excluido: se sienta en la silla vacía, consuela, acompaña y nos invita a abrir la mesa y el corazón para que cada ausencia se transforme en encuentro, esperanza y amor».
El Belén Viviente: un hogar de luz inclusivo
Al finalizar la ceremonia religiosa, se presentó el tradicional «Belén Viviente», una representación que este año llevó por nombre «Hogar de Luz». Esta denominación simbólica remite al sentido que la Catedral tuvo durante todo el Año Jubilar, concebida como un espacio de acogida para todos.
La propuesta, desarrollada en conjunto con la Dirección de Cultura de la Municipalidad de la Ciudad de San Juan, se caracterizó por su enfoque inclusivo. Participaron diversas instituciones, como el Ballet Estable Municipal «Sembrando Ilusiones», integrado por 53 jóvenes con discapacidad. También se sumó el Coro de Vientos, conformado por adultos mayores bajo la dirección de Adriana Ay, que proporcionó el acompañamiento musical.
Además, participaron academias infantiles, grupos de adolescentes, una academia de adultos mayores de UPCN y la academia Alma Cuyana con los niños más pequeños. Por primera vez, el grupo «La Gracia de Dios», de la Catedral y compuesto por personas sordas, realizó una intervención artística junto a la pastoral artística de la institución, enriqueciendo la propuesta con su participación.
La dinámica del «Belén Viviente» permitió a los asistentes recorrer los distintos momentos del pesebre a través de una combinación de escenas, expresiones artísticas e intervenciones musicales. En total, alrededor de 150 artistas dieron vida a esta representación, que no solo puso en valor la tradición, sino que también celebró la inclusión, la diversidad y el trabajo comunitario.
Después, el tradicional «Belén Viviente», esta vez rebautizado como «Hogar de Luz». Una puesta en escena con 150 almas, incluyendo un ballet municipal «sembrando ilusiones» (¡con la que está cayendo!) y un coro de «Vientos» (¿serán del Espíritu Santo o de la pampa húmeda?). Inclusión a tope, mientras el país se pregunta si la luz del pesebre ilumina también la economía familiar. Una conmovedora muestra comunitaria, donde la esperanza no es solo un concepto litúrgico.