San Juan se prepara para enfrentar una temporada hídrica crítica: el ciclo 2025/2026 tendrá casi un 40% menos de agua que el período anterior, según un reciente informe elaborado por la Universidad Nacional de San Juan (UNSJ).
Menos nieve, menos agua
El estudio fue desarrollado por el doctor ingeniero Oscar Dölling, director del Programa de Gestión Integral de Cuencas Hidrográficas de la Facultad de Ingeniería de la UNSJ. El pronóstico se basa en la información recolectada mediante el sensor MODIS de la NASA, que permite observar el área cubierta por nieve en la cordillera. Esta variable es clave para estimar el volumen de agua que aportará el deshielo a lo largo del año.
«Con esta información tenemos calibrado un modelo que nos permite hacer un pronóstico del ciclo hidrológico que sigue, es decir que inicia en octubre de este año hasta septiembre del año que viene», explicó Dölling.
El pronóstico: números que preocupan
De acuerdo al informe publicado, se espera que el escurrimiento total anual del río San Juan para el ciclo 2025/2026 sea de:
- 773 hectómetros cúbicos (Hm³) como valor más probable,
- 853 Hm³ como valor máximo probable,
- y apenas 692 Hm³ como valor mínimo probable.
Estos números resultan alarmantes si se comparan con el ciclo anterior (2024/2025), que registró un escurrimiento de 1.250 Hm³. La disminución proyectada representa una caída del 38% interanual.
Una tendencia persistente
El fenómeno no es nuevo. “Si tomamos los últimos diez años de registros de aforos del Río San Juan, estaríamos entre un 25 y 30 por ciento por debajo del promedio observado”, detalló Dölling. Esta persistencia en niveles bajos de escurrimiento refuerza la preocupación sobre la sequía prolongada y el impacto en el sistema productivo provincial, especialmente el agrícola.
El informe se suma a una serie de alertas que posicionan a San Juan dentro de un escenario de emergencia hídrica crónica, donde la planificación y el uso racional del agua se tornan más urgentes que nunca.
La UNSJ advierte que San Juan enfrentará una temporada hídrica 2025/2026 con un 38% menos de agua respecto al ciclo anterior, según un estudio basado en imágenes satelitales.
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San Juan se prepara para enfrentar una temporada hídrica crítica: el ciclo 2025/2026 tendrá casi un 40% menos de agua que el período anterior, según un reciente informe elaborado por la Universidad Nacional de San Juan (UNSJ).
Menos nieve, menos agua
El estudio fue desarrollado por el doctor ingeniero Oscar Dölling, director del Programa de Gestión Integral de Cuencas Hidrográficas de la Facultad de Ingeniería de la UNSJ. El pronóstico se basa en la información recolectada mediante el sensor MODIS de la NASA, que permite observar el área cubierta por nieve en la cordillera. Esta variable es clave para estimar el volumen de agua que aportará el deshielo a lo largo del año.
«Con esta información tenemos calibrado un modelo que nos permite hacer un pronóstico del ciclo hidrológico que sigue, es decir que inicia en octubre de este año hasta septiembre del año que viene», explicó Dölling.
El pronóstico: números que preocupan
De acuerdo al informe publicado, se espera que el escurrimiento total anual del río San Juan para el ciclo 2025/2026 sea de:
- 773 hectómetros cúbicos (Hm³) como valor más probable,
- 853 Hm³ como valor máximo probable,
- y apenas 692 Hm³ como valor mínimo probable.
Estos números resultan alarmantes si se comparan con el ciclo anterior (2024/2025), que registró un escurrimiento de 1.250 Hm³. La disminución proyectada representa una caída del 38% interanual.
Una tendencia persistente
El fenómeno no es nuevo. “Si tomamos los últimos diez años de registros de aforos del Río San Juan, estaríamos entre un 25 y 30 por ciento por debajo del promedio observado”, detalló Dölling. Esta persistencia en niveles bajos de escurrimiento refuerza la preocupación sobre la sequía prolongada y el impacto en el sistema productivo provincial, especialmente el agrícola.
El informe se suma a una serie de alertas que posicionan a San Juan dentro de un escenario de emergencia hídrica crónica, donde la planificación y el uso racional del agua se tornan más urgentes que nunca.