Exploración minera en Albardón y Angaco: qué se busca, quiénes están involucrados y qué puede pasar

Redacción Cuyo News
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Un nuevo proceso de exploración minera comenzó a tomar forma en el norte del Valle del Tulum. La empresa Tierra Exploración S.A. solicitó formalmente un cateo sobre una superficie de 9.016 hectáreas que abarca zonas de Albardón y Angaco, dos departamentos históricamente ligados a la producción agrícola.

El pedido quedó registrado bajo el expediente 1124-344-T-24 y fue oficializado mediante un edicto publicado por la Escribanía de Minas, que abrió el período legal de 20 días para que los propietarios de la superficie sean notificados y, en caso de considerarlo necesario, presenten sus objeciones.

¿Qué es un cateo?

El cateo es el primer paso en una secuencia de etapas previstas por el Código de Minería. No implica explotación ni obras de gran impacto, sino la autorización para realizar estudios de campo, muestreo y pequeñas perforaciones exploratorias, con el objetivo de verificar la presencia y calidad de minerales en la zona.

Una vez otorgado, el titular del cateo debe presentar un plan de labores, garantizar medidas de protección ambiental y respetar la normativa vigente sobre servidumbres, accesos y uso del agua.

¿Quién es Tierra Exploración S.A.?

Se trata de una empresa con sede original en la Ciudad de Buenos Aires, que en los últimos años amplió su presencia a otras provincias del norte argentino. Según registros públicos, ha iniciado trámites de exploración también en Jujuy y San Luis. El cateo en San Juan representa su primer desembarco formal en la provincia.

En enero de este año, la firma solicitó a la Dirección de Hidráulica una dotación de agua de hasta 1.000 m³ para tareas vinculadas al “abatimiento de polvo”, una práctica habitual en caminos de acceso y preparación de zonas de muestreo. Esto indica que la empresa ya tiene delineado un esquema preliminar de logística en la región.

¿Quiénes son los propietarios superficiales?

La ley diferencia la propiedad del suelo (superficie) de la del subsuelo, cuyos recursos minerales pertenecen al Estado. Sin embargo, los dueños de las tierras deben ser informados de cualquier trámite minero y tienen derecho a opinar, objetar o acordar servidumbres de paso.

Entre los citados por el edicto figuran empresas como MOBA Holding S.A., La Mariana S.A., La Salida S.R.L. y un condominio familiar sobre el área conocida como “De los Riveros”.

Según pudo saber Cuyo News, algunas de estas firmas poseen extensiones agrícolas importantes, destinadas a la producción de vid, olivo y cultivos forrajeros. En algunos casos, se trata de tierras con riego presurizado y una larga tradición en el uso agrícola intensivo.

¿Qué se busca bajo la superficie?

Aunque el edicto no detalla qué minerales busca Tierra Exploración, todo indica que el interés podría no ser el oro ni el cobre. La zona forma parte del Complejo Caucete, una formación geológica proterozoica compuesta por rocas carbonáticas: calizas, dolomitas, travertinos y otras variedades sedimentarias de valor industrial.

En criollo: rocas que no brillan, pero pagan. Se usan para producir cemento, cal, cerámica, ladrillos refractarios e incluso productos farmacéuticos o de limpieza, según la pureza del carbonato. San Juan ya tiene antecedentes en este rubro, como la cantera La Laja, explotada para travertino ornamental, o las zonas de caleras cerca de Sarmiento y Albardón.

¿Por qué interesa eso? Porque la demanda de estos minerales creció fuerte en los últimos años gracias a obras públicas, construcción privada y exportación a países como Chile. Y mientras la minería metalífera tarda décadas en concretarse, la minería de rocas industriales puede activarse en menos de cinco años si se encuentra buena calidad y acceso.

¿Y qué hay en Albardón y Angaco?

La ubicación del cateo no es casual. Está pegada a zonas ya conocidas por su potencial:

  • A 15 km de La Laja, donde el travertino tiene alta calidad ornamental.
  • A pocos km de rutas nacionales (RN 40 y RN 141), lo cual facilita logística y abarata costos.
  • Sobre tierras de uso agrícola con infraestructura de riego, lo cual plantea desafíos ambientales, pero también señala un suelo ya relevado y accesible.

Además, este tipo de roca tiene una ventaja: el rechazo social suele ser menor que en la minería de metales, porque los procesos no requieren cianuro ni generan relaves peligrosos. Aun así, hay impactos visuales, hídricos y sobre el polvo ambiental que deben analizarse si el proyecto avanza.

¿Cuánto vale una caliza?

La caliza de alta pureza (con más del 95% de CaCO₃) puede valer desde USD 50 la tonelada para uso cementero, hasta USD 300 si se destina a industrias químicas o farmacéuticas. No es una minería de “mega” márgenes como el oro o el litio, pero sí de volúmenes grandes y empleo local inmediato, lo que la vuelve atractiva para muchas comunidades.

Por eso, aunque el expediente sea sólo un cateo, la lupa sobre esta zona no es menor. La clave no será solo qué hay en el subsuelo, sino si hay acuerdos, infraestructura y licencias sociales que lo hagan viable.

En los próximos días, la autoridad minera deberá analizar si existen objeciones o acuerdos de parte de los propietarios. Si el trámite avanza sin oposición, Tierra Exploración deberá presentar su plan técnico y cumplir con los requisitos ambientales y administrativos previstos por la normativa.

Más allá del desenlace, este proceso refleja el renovado interés por explorar zonas del Valle del Tulum que históricamente estuvieron fuera del radar minero, y plantea nuevos desafíos sobre convivencia entre minería y agricultura, especialmente en áreas productivas y con acceso a recursos hídricos.

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