Un fortín histórico en Ullum, San Juan, fue demolido totalmente a pesar de los esfuerzos de la Asociación Civil para la Conservación y Defensa del Patrimonio Sanjuanino (ACCODEPAS) por protegerlo. La construcción, cuya antigüedad y posible vínculo con los jesuitas se buscaba determinar, fue derribada tras la venta del terreno a un particular. ACCODEPAS lamenta la pérdida irreparable para el patrimonio histórico provincial.
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En San Juan, la historia se derrumba más rápido que un castillo de naipes en un ventilador industrial. Mientras que alguno parece estar más preocupado por la cantidad de polvo que genera el viento Zonda que por el patrimonio arquitectónico, un fortín histórico en Ullum mordió el polvo, literalmente. Y no, no hablamos de un fortín de esos inflables para niños, sino de una construcción del siglo XIX, tan añeja que probablemente vio pasar al General San Martín a caballo mientras se quejaba del calor.
La ACCODEPAS, cual Quijote moderno luchando contra molinos de viento (o mejor dicho, topadoras desenfrenadas), intentó salvar al fortín de las garras de la modernidad. Presentaron peticiones, pidieron estudios, hasta una cautelar judicial metieron. Pero claro, para el Consejo de Patrimonio Provincial, el tema era menos urgente que renovar la patente del auto. Se ve que la idea de analizar un adobe con carbono 14 les generaba más fiaca que subir el Cerro Mercedario en ojotas.
El meollo del asunto es que nadie sabe con certeza si el fortín fue o no de los jesuitas. Algunos historiadores dicen que sí, otros que no, y el resto se encoge de hombros con la misma indiferencia que un gato observando una aspiradora. Pero che, ¿acaso importa? Era una construcción histórica, con paredes de tapial que seguramente guardaban más secretos que la cuenta bancaria de un político. Ahora, solo queda un terreno baldío y el eco de las topadoras, cual banda sonora de una película apocalíptica sanjuanina.
Lo más triste es que la jueza había frenado la demolición en 2023. Pero parece que la orden judicial se evaporó con el mismo misterio que el agua del dique de Ullum en verano. Total, si ya tiraron abajo media construcción, ¿qué importa demoler el resto, no? Es como si te comieras media pizza y dijeras «bueno, ya fue, termino la otra mitad porque total…». Una lógica implacable, digna de un campeón mundial de demoliciones.
En fin, mientras los sanjuaninos lloran la pérdida de su patrimonio, el dueño del terreno seguramente estará planeando construir un complejo de cabañas con jacuzzi y vista al polvo en suspensión. Y el Consejo de Patrimonio Provincial, bueno… ellos probablemente estén debatiendo si el yerbeado se toma con o sin azúcar. Prioridades, señores, prioridades. Porque como diría un filósofo de plaza departamental: «Más vale pájaro en mano que fortín demolido».
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