Hidratación y cuidados, los consejos médicos para sobrevivir a la primera semana de enero

Redacción Cuyo News
8 min

En el marco de las temperaturas récord que afectan a la provincia al cierre de este 2025, la comunidad médica ha intensificado las advertencias sobre los peligros del agotamiento físico y el golpe de calor. Estas condiciones, derivadas de la dificultad del organismo para disipar el calor ambiental, pueden escalar rápidamente de una molestia leve a una emergencia médica con riesgo de vida si no se aplican los protocolos de enfriamiento adecuados.

Los síntomas y cómo reconocerlos

De acuerdo con los especialistas, es fundamental distinguir entre el agotamiento y el golpe de calor. El primero «se manifiesta con sudoración excesiva, cansancio, debilidad, calambres, náuseas, cefaleas, mareos y en los niños se puede manifestar también con irritabilidad, llanto excesivo, inapetencia y piel irritada por sudor excesivo (cuello, axilas y zona del pañal)”.

Por otro lado, cuando el cuerpo pierde totalmente la capacidad de regular su temperatura, se produce el golpe de calor. Este cuadro clínico se caracteriza por una fiebre mayor a 39°C, piel roja, caliente y seca, ausencia de lágrimas, intensificación del dolor de cabeza, apatía, somnolencia, vértigos, confusión y desorientación mental, delirios, pérdida del conocimiento e incluso convulsiones. Ambas condiciones suelen ser consecuencia de la exposición prolongada a temperaturas elevadas o de realizar esfuerzos físicos intensos en ambientes calurosos y húmedos.

Grupos de riesgo y patologías preexistentes

El personal médico remarca que la vulnerabilidad aumenta en los adultos mayores, quienes a menudo no perciben la sensación de sed de forma adecuada. En los niños pequeños ocurre una situación similar, con el agravante de que no siempre cuentan con la autonomía para acceder al agua por sus propios medios. Asimismo, la situación resulta crítica en personas con enfermedades cardiovasculares, diabetes u otras patologías predisponentes, por lo que es imperativo extremar los cuidados.

Protocolo de actuación y primeros auxilios

Ante la detección de los primeros síntomas, se indica que “el manejo implica garantizar descanso en ambientes frescos y secos (usar ventilador o aire acondicionado), aflojar o sacarle la ropa y usar paños húmedos o agua fresca para enfriar el cuerpo”. Si la persona está consciente, se le debe suministrar agua fresca o pecho en el caso de lactantes, evitando terminantemente las bebidas azucaradas o calientes.

Se advierte que si un adulto mayor o un niño se muestra inusualmente calmo, se duerme repentinamente o se desvanece, es fundamental llamar de inmediato al sistema de emergencias, ya que el cuadro podría ser irreversible sin asistencia profesional.

Recomendaciones preventivas

  • Hidratación: Consumir al menos dos litros de agua diarios, incluso sin sentir sed.
  • Ambientes: Permanecer en espacios ventilados y evitar el sol entre las 10 y las 17 horas.
  • Vestimenta: Utilizar ropa suelta, liviana, de colores claros y preferentemente de algodón, acompañada de sombreros.
  • Alimentación: Priorizar frutas y verduras con alto contenido hídrico y evitar comidas pesadas.
  • Actividad física: Realizar ejercicio exclusivamente en las primeras horas de la mañana o al atardecer.
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