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Sargento de la policía apuñalado en Villa Calingasta
Un sargento de la Policía de San Juan fue víctima de un violento ataque en Villa Calingasta en la madrugada del domingo. El agresor, con quien la víctima había compartido bebidas alcohólicas previamente, lo apuñaló con un destornillador en el tórax y el abdomen.Discusión y posterior ataque
El Sargento 1° Adrián Alberto Álvarez (48) se encontraba compartiendo bebidas con Mauricio Araya en el Barrio Río Calingasta cuando se desató una discusión que terminó en una pelea a golpes de puño. Álvarez se retiró a su domicilio, pero minutos después Araya llegó en su vehículo y lo atacó en la vereda con un destornillador.Tentativa de homicidio y detención del agresor
Álvarez fue trasladado de urgencia al Hospital Rawson en estado grave. El agresor fue detenido y se encuentra aprehendido en la Comisaría 16°. La causa fue caratulada como tentativa de homicidio y la investigación está a cargo de la Unidad Fiscal de Delitos Especiales.Resumen (No indexar)
Un sargento de la policía de San Juan fue apuñalado con un destornillador en Villa Calingasta. El agresor, con quien la víctima había discutido previamente, fue detenido.
Resumen generado automáticamente por inteligencia artificial
Zappo te lo cuenta: Zappo te lo cuenta
En Villa Calingasta, la tranquilidad dominical se fue al tacho más rápido que una reunión familiar. Resulta que un sargento de la policía, después de unas copitas de más con un amigo (porque hasta los policías tienen derecho a relajarse, ¿vio?), terminó con más agujeros que un queso gruyere. Pero no, no fue un tiroteo ni una persecución a alta velocidad. El arma usada fue… ¡un destornillador! Sí, señores, un humilde destornillador. Parece que al amigo del sargento, después de la discusión y los golpes de puño, le picó el bichito de la venganza y decidió convertir la noche en una película de terror . El pobre sargento, con más mala suerte, terminó en el Hospital Rawson, con el cuerpo más pinchado que un muñeco de vudú. Y el agresor, bueno, ahora está en la comisaría reflexionando sobre la importancia de controlar la ira… y de usar las herramientas para lo que fueron diseñadas. En fin, una historia que demuestra que la realidad supera a la ficción, y que en Argentina, hasta un destornillador puede ser un arma letal. Así que ya saben, amigos, si van a tomar, asegúrense de que su cumpa… no tenga un destornillador a mano. Nunca se sabe cuándo la noche puede terminar en tragedia… o en una anécdota digna de un programa de chimentos.
Contenido humorístico generado por inteligencia artificial
Sargento de la policía apuñalado en Villa Calingasta
Un sargento de la Policía de San Juan fue víctima de un violento ataque en Villa Calingasta en la madrugada del domingo. El agresor, con quien la víctima había compartido bebidas alcohólicas previamente, lo apuñaló con un destornillador en el tórax y el abdomen.Discusión y posterior ataque
El Sargento 1° Adrián Alberto Álvarez (48) se encontraba compartiendo bebidas con Mauricio Araya en el Barrio Río Calingasta cuando se desató una discusión que terminó en una pelea a golpes de puño. Álvarez se retiró a su domicilio, pero minutos después Araya llegó en su vehículo y lo atacó en la vereda con un destornillador.Tentativa de homicidio y detención del agresor
Álvarez fue trasladado de urgencia al Hospital Rawson en estado grave. El agresor fue detenido y se encuentra aprehendido en la Comisaría 16°. La causa fue caratulada como tentativa de homicidio y la investigación está a cargo de la Unidad Fiscal de Delitos Especiales.Un sargento de la policía de San Juan fue apuñalado con un destornillador en Villa Calingasta. El agresor, con quien la víctima había discutido previamente, fue detenido.
Resumen generado por IA
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En Villa Calingasta, la tranquilidad dominical se fue al tacho más rápido que una reunión familiar. Resulta que un sargento de la policía, después de unas copitas de más con un amigo (porque hasta los policías tienen derecho a relajarse, ¿vio?), terminó con más agujeros que un queso gruyere. Pero no, no fue un tiroteo ni una persecución a alta velocidad. El arma usada fue… ¡un destornillador! Sí, señores, un humilde destornillador. Parece que al amigo del sargento, después de la discusión y los golpes de puño, le picó el bichito de la venganza y decidió convertir la noche en una película de terror . El pobre sargento, con más mala suerte, terminó en el Hospital Rawson, con el cuerpo más pinchado que un muñeco de vudú. Y el agresor, bueno, ahora está en la comisaría reflexionando sobre la importancia de controlar la ira… y de usar las herramientas para lo que fueron diseñadas. En fin, una historia que demuestra que la realidad supera a la ficción, y que en Argentina, hasta un destornillador puede ser un arma letal. Así que ya saben, amigos, si van a tomar, asegúrense de que su cumpa… no tenga un destornillador a mano. Nunca se sabe cuándo la noche puede terminar en tragedia… o en una anécdota digna de un programa de chimentos.
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Este contenido humorístico es generado por IA y puede contener imprecisiones o ser imprudente, se recomienda leer con discreción.
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